viernes, 3 de agosto de 2012

Mercado laboral: Aplicando con Facebook y Twitter


Vida digital / Ante la posibilidad de llegar a más contactos

Más gente pide empleo vía redes sociales

Cada vez se ven más búsquedas publicadas en Twitter y en Facebook; también las empresas las utilizan para detectar talentos


Nunca se imaginó que lo conseguiría a través de Facebook . Sí por alguna recomendación, un amigo, un contacto. Hacía dos años que Diego Marcatelli, de 31, no tenía un trabajo fijo. Mientras tanto, se las arreglaba con uno temporario de eventos infantiles. Había tirado currículums en distintos negocios de San Nicolás sin respuesta. "Te vamos a llamar, nos vamos a comunicar con vos", le decían, pero nunca le llegó nada.
A Germán De Bonis lo conocía de unas charlas que éste había dado en una ONG. Y, como le gustó lo que habló, lo agregó en Facebook . Y un día esa amistad virtual se activó: navegando por la red social se enteró de la existencia de un grupo creado justamente por Germán, CunsuEmpleos, donde subían las ofertas y demandas laborales de la zona. Con un sólo clic, Diego ya era miembro del grupo. Lo chequeaba a diario. Se necesita un mozo, un supervisor, un repositor. Y al mes, encontró algo que le interesaba: asesores de venta. Voy a probar se dijo. Contactó a Germán que le pasó la página a donde enviar ese currículum, y a pocos días ya tenía una entrevista. De 90 postulantes quedaron tres: Diego fue uno de ellos. Y hace una semana que ya está trabajando.
Es cierto que las búsquedas de empleo a través de las redes sociales no siempre tienen este final deseado. A veces son gritos que parecen quedar flotando en un muro de Facebook sin respuesta alguna, o un pedido que se multiplica a fuerza de retweets pero que nunca vuelve con una solución a mano. Pero, sin duda, es algo que se ve cada vez más en redes sociales comoTwitter y Facebook, redes que justamente no tienen fines profesionales como sí LinkedIn o los portales de empleos.
Alejandro Melamed, doctor en ciencias económicas y autor de Empresas + Humanas, opina que este uso de las redes sociales es un mecanismo que cada vez se está imponiendo más. "Sirven como caminos alternativos y cada vez más compañías también lo están utilizando. Brindan más practicidad, acortan caminos y permiten conectarse con más gente", dice.
Este combo de celeridad, cercanía y conexión inmediata con cualquier lugar del mundo tiene, sin embargo, otras cuestiones a las que atender. "Lo que hay que tener en cuenta a su vez -dice Melamed- es que todo lo que publicamos en la Web es público. Y probablemente esa persona que nos entreviste ya conozca todo sobre nosotros. Pero también es importante saber que, si no figuramos, no existimos."
Para Dolores Rueda, fundadora y directora de la consultora en empleos y gestión de recursos humanos Dolores Rueda Selectores, donde reciben por día unas cien postulaciones, la principal función de las redes sociales en materia laboral se resume en la siguiente ecuación: llegar a más gente en menor tiempo. Algo que no sólo es ventajoso para las empresas a la hora del reclutamiento, sino también para el candidato.
"Nosotros posteamos todas las búsquedas del mercado, no sólo las de la empresa. Y todos los que me siguen en Twitter pueden tener a mano esas búsquedas. Además, hace 20 años tenías que pelear más para llegar al dueño de una consultora. Hoy estás a un tweet", dice Rueda, quien se encarga de manejar personalmente el Twitter de la consultora. Y pone otro ejemplo: antes, quien llamaba a las oficinas después de horario seguramente era atendido por un contestador automático. Hoy, si dan con ella online, la pueden consultar directamente a través de las redes sociales más allá del horario de oficina.

RIESGO DE ENGAÑOS

Ante la consulta en el Facebook de LA NACION respecto de si los lectores habían buscado empleo vía redes sociales, Cecilia Ferro trajo a colación algo que se repetía en distintos comentarios: la informalidad de estas dos redes sociales. "En una primera instancia -escribió-, me parecen vías muy informales para buscar trabajo. Como parte de la familia de los medios, es innegable que las redes sociales repercuten lo que pasa afuera, del otro lado de la pantalla. Pero también es claro que por su gratuidad e instantaneidad dan más lugar al engaño."
En ese sentido, Dolores Rueda destaca a LinkedIn como la red ideal para las búsquedas laborales. "Lo mejor es la posibilidad de búsqueda de perfiles y el contacto con ese perfil que estás buscando. Es una herramienta de trabajo online, dinámica que tiende a reemplazar al CV. La contra es que yo no me pongo a leer LinkedIn, si no que tenés que saber qué buscar", dice.
Matías Ghidini, gerente general de la consultora en recursos humanos Ghidini Rodil, señala que de marzo a hoy la demanda laboral ha sido decreciente, algo que no quita que más gente se esté volcando a las búsquedas a través de las redes sociales. El también pone el acento en diferenciar lo que es una red profesional, como LinkedIn, de una red social. "Con Facebook o cualquier red social el problema no es la herramienta sino cómo se la utiliza. La herramienta per se no es mala. Pero en el fondo Facebook te sirve como comunicación, pero no como reclutamiento."
Aunque Facebook tiene sus excepciones, como la mencionada CunsuEmpleos o como la herramienta que ofrece el sitio de empleos Zona Jobs en esa red social, Zona Jobs Professional, que permite tener un perfil profesional distinto del personal. Tal vez una buena solución para aquellos que no quieren mezclar las cosas a la hora de la búsqueda laboral en Internet.

EN TWITTER

  • @FreakyXime
    XIMENA SAMBAN 
    "Busco trabajo en la zona de Parana o Santa Fe. Gracias"
  • @PituRomero
    NATA ROMERO 
    "Busco empleo en Bs As!! preferiblemente en el campo de ARQ!! .... favor RT"
  • @mividaella
    AYELÉN 
    "Busco trabajo, si es posible en el área de producción de tv/ cine/afines. Si alguien sabe algo lo agradecería mucho"

jueves, 2 de agosto de 2012

Importancia de las patentes en la investigación

"Con una patente se pagan tres años del presupuesto en ciencia”





Mirada al Sur


Una charla sobre el impacto de la innovación o por qué la tecnovaca vale mucho más que un torazo de la Rural.
Faltan pocas semanas para que el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva termine de mudarse por etapas al Polo de Palermo, donde ya funciona un laboratorio y otros sectores. En la sede de la avenida Córdoba, el ascensor es muy gentil dando la bienvenida mediante una voz de mujer altamente profesionalizada en tales gentilezas. El ministro Lino Barañao espera en su despacho, calladito, contenido, sin mayores efusiones. El hombre, sin embargo, funciona como un acelerador de partículas: a poco de largar entra en estado de vértigo. En un minuto de grabación entra, por arriesgar un parámetro, lo que dirían 617,43 De la Rúas. Lo que sigue es el resultado de un galope frenético sobre lo que se está haciendo en el país en términos de políticas científicas y tecnológicas. Un paseo a velocidad Warp que apenas arranca en Tecnópolis se pone a saltar con los guanacos de la Patagonia, relaciona microchips con patentes por genes obtenidos en Argentina (traducibles en miles de millones de dólares para el país), visita las plantas de Tierra del Fuego, mira a Monsanto de frente, crea nanoestructuras para la YPF recuperada… hasta volver en picada a Tecnópolis y concluir: más vale tecnovaca del Inta de Balcarce que toro campeón de la Rural, por más que se peine a lo Fort.
El inicio de la conversación (se pauta de manera pacífica, que hablar de Tecnópolis para Miradas al sur es algo redundante) conecta con lo previsible: los logros de la etapa iniciada en 2003. “Los cambios –dice el ministro– se reflejan en un presupuesto que viene creciendo, aumento de salarios, obras que se ven no sólo en el Polo Tecnológico, sino en todo el país. En marzo o abril de 2008 yo hablé de la necesidad de un plan de infraestructura de 130 mil metros cuadrados, como resultado de treinta años de no hacer nada…
–¿Ese número era una proyección salida de…?
–De un estudio del Conicet que había relevado la cantidad de gente que había y el espacio que faltaba, el Polo no estaba incluido. Ya llevamos construidos más de 60 mil metros cuadrados. Estas cosas hicieron que muchos científicos se decidieran a volver al país. Hoy ya no pesa tanto la idea de repatriación, sino que la gente que se va, se doctora, está tres años afuera, pero vuelve sabiendo que no va a trabajar con alambres sino con los mismos equipos que tiene en el exterior.
–¿Cuál es el último dato del Plan Raíces? ¿Unos 800 científicos retornados?
(Baraño intercambia datos con una secretaria: “902, 903…”)
–Más de novecientos, seguro (N de R: el “número correcto”, oficial y final que envían desde el ministerio asegura: 932 científicos e investigadores).
Cuando llega el momento de los subsidios a empresas del sector, Barañao dice:
–Las funciones del científico y la empresa son complementarias. Vos le ponés plata a la universidad o al Conicet para que obtenga información. Eso termina ahí porque la universidad no tiene posibilidades de fabricar nada. Por más que diseñe un celular no va a salir a fabricarlo. La empresa es la que toma la información y la convierte en un teléfono, un medicamento o en una olla a presión. Ni la empresa va a hacer investigación de alto nivel, ni la universidad va a fabricar mágicamente nada. Después podés discutir si la empresa va a ser estatal o de capital privado. El desacoplamiento entre ambos actores termina subsidiando el incremento de la brecha tecnológica; porque toda la información que se produce sin activar la cadena productiva termina siendo aprovechada en el exterior para mejorar la productividad de sus empresas.
Puna y glamour. Hay algo en el imaginario del ministro que podría emparentarse con la mítica del buen emprendedor capitalista, el gran innovador, casi la épica de garage del joven estadounidense de suburbios que se hace millonario y glamoroso. Sólo podría emparentarse porque acá entran míticas que van de la Puna, a las pampas, a la Patagonia, al conurbano también. En algún momento, Barañao cuenta cómo desde su retorno al país en 1984 encabezó protestas de nuestros investigadores contra las políticas ciegas y ajustadoras de diversos gobiernos. Hasta que “en mayo de 2003, tras una reunión con investigadores en el ministerio de Educación con Daniel Filmus, surgió que me postulara como presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica”.
–Acá surge el tema de ver las cosas desde el otro lado del escritorio. Nadie deja de reconocer que los sueldos de los científicos mejoraron mucho. Pero hay un conflicto con los becarios, que sostienen que son científicos precarizados. Tengo un sobrino que es activista de esa causa…
–Matías, creo… (el ministro se ríe con un ja-já sonoro. Suena espontáneo). Hay una discusión sobre si un becario es o no un trabajador. La beca es un estipendio que se da para completar la formación universitaria, para obtener un título de doctor, está condicionada a eso. La sociedad paga para que el estudiante termine su formación. La universidad carga el disco rígido de una cantidad de información pero no la capacidad de hacer preguntas nuevas, que es lo que da el doctorado. El doctorado, además, habilita para una cantidad de oportunidades. Distinto es el caso de alguien que no quiere obtener el doctorado, que prefiere trabajar en el laboratorio, contribuye a la investigación, pero no tiene ese plus que da el doctorado. La beca cumple su función pero sucede que por la excesiva longitud de las carreras a veces se dan casos de gente con más de 30 años haciendo una tesis con una beca y eso no es muy lógico. Ya cinco años es mucho para un doctorado, en Europa son cuatro.
–¿Cuáles son los límites en nuestro país?
–Son cinco años, pero después se piden prórrogas; se extiende hasta seis o siete años el período como becario. Yo optaría por un período más corto y luego o se entra al sistema científico o al productivo o a un gobierno municipal o provincial, que es algo que queremos promover: un estado más profesionalizado, la capacidad de resolver problemas usando métodos científicos, ser útil en la gestión hasta de una cooperativa.
–Aunque sean números gruesos. ¿Cuánto cobra en promedio un investigador en su primer año y cuánto un becario?
–Debe estar en un quince por ciento arriba de un becario (N de R: nuevo intercambio de datos con la asistente. Según los números oficiales, hoy, por una beca doctoral se cobran $5.100. Un investigador asistente comienza con $7.825 pesos).
–Lo que decía sobre científicos en gobiernos municipales permite pensar en un biólogo/funcionario que se ocupe del problema de las napas contaminadas en el conurbano. Hay una cantidad de problemas ambientales en Argentina: agua, contaminación en las ciudades, denuncias sobre glifosato, debates sobre minería a cielo abierto. ¿Qué políticas específicas tiene el ministerio para generar oleadas de investigadores dedicados a estos temas, sabiendo que son especialmente conflictivos?
–Tenemos una unidad de gestión socioambiental para proyectos propios. También una línea de financiamiento para producción limpia de las empresas. El tema ambiental está ahora en los doctorados, como otros, no es que tenga una prioridad particular. Estamos tratando de implementar una línea de trabajo que se llama Municipios.doc. Así como le pagamos al becario para que vaya dos años a una empresa, queremos hacer lo mismo con los municipios. Si un becario tiene un doctorado en Sociología sobre evolución de los emprendimientos municipales, es una experiencia útil. Ahora, si se trata de Filosofía y el concepto de belleza en Lucrecio, es más difícil. Y lamentablemente todavía tenemos una universidad en la que los temas son una repetición de los ya trabajados por los investigadores, que tienen una tendencia a clonarse, que es lo más fácil. Un becario especializado en historia de Galicia no más allá del siglo XVII es un problema para ubicar.
–Se entiende la lectura pero es casi ofensiva para las humanidades, para los que estudian Historia…
–Dentro de Historia hay cosas que te van a ser útiles. Yo pretendo de las Ciencias Sociales lo que pretendo de cualquier ciencia: que presten atención a la posible utilidad de lo que hacen. No estoy en contra de la libertad académica. Argentina tiene una cantidad de problemas de índole social que ameritarían ser estudiados.
Vicuñas, guanacos, ovejas malas. Es particularmente a partir de este tramo de la entrevista que Barañao comienza a galopar sobre problemas y proyectos concretos en territorios muy distintos. Comienza por el hilado de lana de vicuña como podría comenzar por el diseño de vehículos inspirados en el bicho bolita, siempre con la consigna “cómo hacer para que eso sea sostenible”.
–Lo que se necesita es que el Estado avance un paso más, porque si no hay una demanda hay que generarla y lo mismo con el gerenciamiento local. Para eso necesitamos sociólogos, antropólogos. Lo mismo con el manejo del guanaco para hacerlo sostenible y reemplazar a la oveja.
–¿Es cierto que la oveja es un bicho malo que contribuye a la desertificación de la Patagonia por el tipo de ramoneo que practica?
–Es así. La oveja arranca y el guanaco muerde y corta. La oveja tiene un tipo de pezuña que daña el terreno y el guanaco unas patas acolchadas que no dañan, es un bicho adaptado a su ecosistema. Y ahora hay un tema interesante no sólo para la biología, sino para las ciencias sociales: en el Norte andan diciendo que la vicuña es una plaga que rompe los alambrados y le quita la comida a la oveja. Lo que pasa es que hay que hacer un manejo adecuado con un bicho que todavía es salvaje. Como hacían los incas, que ponían a las vicuñas en una especie de embudo para esquilarlas y después soltarlas. Lo que hay que hacer es que la vicuña se industrialice con alta calidad en el lugar; que el productor jujeño haga un pulóver que se pueda vender en Europa en competencia con un pulóver italiano. Con una etiqueta que diga que fue hecho por las comunidades originarias, con trabajo justo, con salvaguarda del medio ambiente. Esta etiqueta le da valor a ese pulóver. Es un rol para el Estado: no puede ser que se paguen dos pesos con cincuenta por la lana y que en Milán se venda a 300 euros.
–En el marco de los programas de federalización de ciencia y técnica, ¿el ministerio trabaja en estos temas puntuales?
–Sí, hay programas específicos sobre el tema de la industrialización de fibra de camélidos. Lo mismo con los cultivos andinos. No sólo la quinua que está de moda, sino también una planta a la que le pongo todas las fichas que es el yacón, una especie de batata que es dulce pero tiene un tipo de azúcar apta para diabéticos. Todo el tema de los probióticos, los alimentos que producen efectos saludables, es importante. Existen unos doscientos millones de diabéticos en el mundo. Hay un mercado de millones de personas en Medio Oriente, China, India, que ahora comen mucho y no hacen ejercicio. Producir jaleas o edulcorantes con la etiquetita que te decía es hacer también que nuestra población del Norte viva de lo que produjo históricamente. Nuestra misión es vincular un mercado emergente atractivo con el desarrollo de poblaciones que no sólo no recibieron el aporte de la ciencia metropolitana, sino que le sacaron lo que sabía. Esta gente cultivaba en andenes que garantizaban parámetros de temperatura o humedad, tenían llamas y alpacas que son mejores que las ovejas… y se las sacaron. Es también una reparación histórica.
–El mismo tema pero saltando a las industrias de Tierra del Fuego, catalogadas como meras armadurías. La Presidenta habla seguido sobre la necesidad de incorporar más producción nacional en lo que se fabrica…
–Con uno de los fondos sectoriales estamos trabajando junto al equipo de la universidad del Sur, en Bahía Blanca, del doctor Pedro Julián, en el diseño de un microchip nacional que va a servir para los nuevos boxes que vienen con el televisor o para celulares y netbooks, para bajar películas por cable y no por internet. No se trata de producir el chip, esto se sigue haciendo a bajo costo en China u otros países. Lo que se paga es el diseño, el testeo y el software que se carga en el chip. El chip en sí mismo vale centavos. Es como el celular: armarlo lleva 180 segundos. Lo que más vale es el diseño, la información que le metés adentro, un software abierto que permite mejoras continuas. El tema de las empresas con base tecnológica lo estamos trabajando activamente con el ministerio de Industria y con el Inti. Pensá que uno de los desarrollos de juegos más bajados del I-Pod era de desarrollo local.
–El valor agregado no se juega ni en los componentes ni en el armado, sino en la información, el diseño…
–Lo que genera valor es quién tiene la patente del diseño, del software de un celular, por ejemplo. Un celular vale lo mismo que una camisa. ¿Cómo puede ser eso? Es un cambio muy importante. Yo en Tierra del Fuego lo que pondría son grandes compañías de software. No habría costos por transportar productos a miles de kilómetros y es un lindo lugar para vivir, sobre todo para los programadores a los que les gusta estar encerrados y después pueden salir a pasear.
–¿Es fácil para Argentina competir con países como India en el tema de diseño de software?
–No es fácil porque los costos en India o Pakistán son bajos. Pero si apostamos a lo disruptivo, a la originalidad, sí tenemos chances. Los argentinos somos famosos por no seguir las reglas. Eso es malo en muchos casos pero puede ser bueno si hacés las cosas mejor. Tenemos el caso de Invap que hace satélites, radares, reactores.
–¿Qué explica el milagro o la excepcionalidad de Invap?
–Que es un equipo de profesionales de altísimo nivel, son la gente más inteligente que conozco. Más una gestión empresarial de alto nivel. Los tipos saben resolver un problema y saben negociar un costo como cualquier multinacional. Con una ventaja: son casi una cooperativa. Cuando les va mal todos ponen, hasta el gerente general pone plata. Y cuando las cosas van bien reparten un bono para todos. Saben que van a recuperar y les gusta trabajar en Invap. Es un ejemplo digno de ser imitado.
–¿Por ejemplo?
–Miguel Galuccio (N. de R: el Ceo de la YPF recuperada) tiene la idea de hacer una empresa de alta tecnología para yacimientos no convencionales, una Invap del petróleo.
–¿En este caso, el tema es diseñar los fierros para perforar o se trata de otra cosa?
–No, no. Vos vendés tecnología, es lo que hacía Galuccio en la empresa de la que viene. No produce petróleo, sino “tecnología para”. Es más complejo que los fierros. Es el modelo de computación para saber cómo hacer los agujeros. Es el material nanoestructurado para enchufarlo al pozo y mantener la abertura abierta. Es cómo manejar el impacto ambiental por el tema del uso del agua…
–Esperemos que lo dejen trabajar…
–Yo creo que tiene polenta, se va a imponer por su idoneidad.
–El país viene de un problema de falta de ingenieros, ¿que más se necesita para esto?
–Tenemos pocos ingenieros, pocos programadores, ahora vamos a necesitar más geólogos porque no se estaba explorando.
–¿Qué otras ramas del conocimiento deberían intervenir en este tipo de desarrollos?
–Ingenieros de procesos, químicos, biólogos. Esa celulosa nanoestructurada de la que te hablé, la que se necesita para mantener la abertura de los pozos no convencionales, es una especie de gel. La produce una bacteria. Esa capita blanca que deja el vinagre, eso es celulosa nanoestructurada. ¿Qué hay que hacer? Hacer crecer esa bacteria en grandes tanques y producirla en grandes cantidades. Es un problema para biotecnólogos, para microbiólogos.
La conversación vuelve a la puesta de Tecnópolis. “El chico que va a la Rural va a ver un toro campeón y sabe que la vaquita seguirá siendo ajena, como dijo Atahualpa. Pero si ve un robot en Tecnópolis sabe que si desarrolla un software de computación puede ser el dueño de ese robot. Son modelos muy distintos.
–Es emblemático que ambas exposiciones coincidan en el tiempo…
–Tal cual. Y, paradójicamente, las vacas de Tecnópolis valen mucho más que las que están en la Rural. Porque una vaca que produce 70 gramos de hormonas de crecimiento en la leche son varios miles de dólares de diferencia, por más que la otra sea una vaca campeona hermosa. O la vaca del Inta de Balcarce, Rosita Isa, que produce leche maternizada. Ahí está la tecnología y no la hizo un gran productor, sino dos veterinarios de clase media laburando con el Estado.
La rentabilidad de un bonito gol de la ciencia
–Tenemos buenos biólogos y genetistas. Usted hablaba del conocimiento que se va afuera sin crear patentes. Siendo que existen empresas argentinas que desarrollan semillas modificadas, ¿cómo es que tenemos que depender de patentes extranjeras en ese terreno?
–Es un problema bastante complejo. Por un lado tenemos el mejoramiento tradicional: un tipo que a lo largo de años de prueba sabe qué tipo de semillas andan bien en Trenque Lauquen. A eso se sumó la biotecnología que te permite “copiar y pegar” sacándole a una bacteria algo y ponérselo a la soja o el maíz para que sea resistente a un herbicida o que no se lo coma un bicho. Ahí hay una disputa sobre qué vale más: si la información asociada a saber qué planta es la que más produce o la información sobre el gen que vos pusiste. La compañía que produjo el gen va a decir que el gen vale más. Durante mucho tiempo, Argentina fue comprador de tecnología. A partir de que el país comienza a desarrollar tecnología propia, la situación cambia. Es lo que dijo la Presidenta cuando habló del gen que aisló la doctora Raquel Chan (N de R: la bióloga molecular que se desempeña al frente del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral). Lo patenta el Conicet y eso no sólo permite aplicarlo acá y tener más producción, sino licenciar el uso de ese gen. Como hace Monsanto: ¿querés usar ese gen? Pagá. Sacá las cuentas y cubrís el presupuesto del Conicet de los últimos años con eso solo.
–Para precisarlo más. Un buen gol de nuestra ciencia termina siendo súper rentable en términos de lo que el Estado puso para ciencia y técnica…
–Totalmente. Y te digo que no es una patente sola sino varias, como las relacionadas con vacunas que estamos haciendo con Francia. Las cifras están en el orden de los mil millones de dólares de licenciamiento. Son cifras habituales a nivel global, lo que se le paga a una firma de Sillicon Valley. Lo que está empezando a ocurrir es que Argentina produce cosas que valen eso. Mil millones de dólares son tres años del presupuesto del Conicet; y hablamos sólo de una patente. Más la mayor competitividad para el productor argentino que aunque haya sequía va a seguir produciendo. Y vamos al paso siguiente en la tecnología: alimentos mejorados, más sanos, con menos alergenos, más eficiente para el uso de los fertilizantes, que, como los agroquímicos, no son inocuos.
La próxima generación: apostar a genes machazos
–¿Cómo se regula en el país el tema de las ganancias económicas que generan las patentes? ¿Está previsto que se redistribuyan en parte en el propio sistema de ciencia y técnica?
–El sistema es muy generoso comparado con el norteamericano. Si un investigador del Conicet encuentra algo, el 50 por ciento de los beneficios va para él y el otro 50 para el Conicet o se reparte entre el Conicet y la universidad, si participó en esa investigación.
–¿Y cuando participa la empresa privada con el Estado?
–Si hay una alianza con una empresa se determina según lo que invirtió cada uno. Cuando hacemos acuerdos con las empresas establecemos que lo que invirtió el Estado se multiplica por cuatro por todo lo que invirtió antes; de pronto son veinte años investigando una yerba. Con la propiedad intelectual no se puede ser ni fundamentalista ni inocente. No podés desconocer las grandes presiones que hay detrás de las patentes y cómo las grandes compañías pretenden usarlas en prácticas monopólicas. Tampoco decir “las patentes son malas, no patento nada” porque entonces te curran. Si este gen aislado por la doctora Chan no lo patentamos, habrá alguien en Minnesota que diga “Ah, mirá qué interesante, vamos a producirlo con una bandera argentina. Pero si querés usarlo te lo cobro”. Hay un estudio que se hizo de los ’80 a los ’90 y pico que demostró que con los 500 mejores trabajos de investigación hechos en países en desarrollo se hicieron 250 patentes en los desarrollados, ninguno implicando a los investigadores originales. No basta entonces con tener la capacidad de investigar y de proteger la propiedad intelectual local. Con Raquel Chan y la Universidad del Litoral trabaja también la empresa Bioceres, una asociación de productores nacionales que va a producir la semilla y que se asoció con una empresa americana para aprobar esos genes y venderlos en Estados Unidos y tener ingresos.
–¿Qué pasa con la propiedad intelectual si un investigador argentino encuentra un gen que es gemelo de otro que patentó Monsanto?
–Debería ser mellizo, si no sería una copia. Pero no necesitás al gemelo o al mellizo sino a la siguiente generación. El gen de resistencia a la sequía de la doctora Chan es mejor que los que están desarrollando grandes compañías, porque no sólo se banca la sequía sino que, al contrario que los otros, si no hay sequía te produce 130 en lugar de 100. La idea no es copiar, sino hacer mejor y pelearles el mercado. Esta tecnología de vacunas en la que estamos trabajando va a servir para combatir parásitos, es oral y no necesita refrigeración. Grandes multinacionales están viniendo al país a ver en qué asociarse y hacer de novedoso porque saben que la capacidad de invención está acá.




miércoles, 1 de agosto de 2012

Daphne Koller: What we're learning from online education


Daphne Koller: What we're learning from online education


Daphne Koller is enticing top universities to put their most intriguing courses online for free -- not just as a service, but as a way to research how people learn. Each keystroke, comprehension quiz, peer-to-peer forum discussion and self-graded assignment builds an unprecedented pool of data on how knowledge is processed and, most importantly, absorbed.

martes, 24 de julio de 2012

Hardware: Una empresa china con ambiciones


La empresa china que busca dominar el mercado de las PC

El gigante asiático Lenovo avanza en un segmento dominado históricamente por firmas como HP, Dell e incluso IBM, a quien le adquirió su división de computadoras en 2005 por 1270 millones de dólares
 La Nación



Una operaria en la línea de producción de Lenovo en Shangai, China. Foto: AP 
Su nombre significa nueva leyenda y el tamaño de su negocio lo confirma. Lenovo, el gigante chino de computadoras, está a punto de convertirse en el mayor fabricante de PC del mundo superando a marcas emblemáticas como Hewlett Packard, Dell, Acer o la pionera IBM.
La brecha que le separa de HP es sólo de unas milésimas. Lenovo tiene un 14,9% del mercado mundial mientras la multinacional estadounidense conserva el 15,5%, según la firma de investigación IDC. No obstante, los expertos aseguran que antes de que acabe el año la empresa asiática se ubicará en el primer lugar.
Las acciones de Lenovo han subido cerca del 16% este año, dejando atrás a sus rivales.
La empresa asiática es conocida por su adquisición en 2005 de la marca Thinkpad y la división de PC de IBM, por la que pagó US$1.270 millones.
Más adelante compraría al fabricante alemán de portátiles Medion y recientemente formó una empresa con la japonesa NEC.
En su expansión los analistas destacan su agresiva política de precios, sus adquisiciones en el extranjero y el aprovechamiento de un mercado doméstico de rápido crecimiento. Pero ¿cómo ha llegado a la cima del mundo de las computadoras?


"Somos una compañía global con raíces en China. Pero por nuestras adquisiciones a lo largo de los años, realmente somos de muchos lugares diferentes", dijo David Roman, jefe de Marketing de Lenovo.
"Nuestra estructura organizativa es sin dudas una de las claves de su fortaleza. Nos permite crear un marco global para comercializar la marca Lenovo dentro del contexto local de los mercados en los que operamos", agregó Roman.
Los analistas, sin embargo, advierten de que las ganancias rápidas de Lenovo en cuota de mercado han llegado a expensas de los márgenes de beneficios. Además la empresa se enfrenta a una desaceleración del crecimiento en el mercado de portátiles y rivales difíciles en lo que respecta a las tabletas.

DEL MERCADO LOCAL AL GLOBAL

Fundada en 1984 en Pekín con el nombre de Legend Group and New Technology Developer Incorporated, Lenovo comenzó a crecer rápidamente en el mercado local.
La empresa obtiene casi la mitad de sus ventas en China, donde se dirige a consumidores y negocios en ciudades pequeñas y áreas rurales, donde un PC todavía es un artículo escaso y novedoso.
No obstante, la empresa se ha diversificado. Lenovo produce también portátiles, servidores, PDA, manos libres para teléfonos celulares. Además, se ha centrado en el consumidor del segmento joven, de 18 a 34 años.
"Encontramos que los consumidores en este segmento demográfico comparten similitudes en diferentes culturas dado su nivel de conectividad y apertura a nuevas experiencias", detalló Roman.
Otro de sus puntos fuertes es que su equipo directivo lo componen ejecutivos de tecnología de más de seis países. Lenovo tiene sedes en Pekín, París y Raleigh, en Carolina del Norte, Estados Unidos.
El crecimiento en Europa y Japón ha sido impulsado por la adquisición de Medion electrónica y NEC.

PUNTOS DÉBILES DE UN GIGANTE

A pesar del tamaño y del crecimiento de Lenovo sus márgenes de beneficio se han ido deteriorando y todavía tiene que consolidar su posición.
"En ese sentido HP, Dell y Acer han decidido cambiar de carril en la competencia de los PC y le han dejado el testigo a Lenovo. La empresa asiática lidera las ventas pero no los beneficios", comentó a la agencia Reuters Dickie Chang, analista de IDC.
Otro obstáculo que enfrenta Lenovo es la desaceleración del crecimiento del mercado de PC, de la economía mundial y de la propia China, su mercado natural.
Aunque en 2011 las ventas de la empresa crecieron un 35 por ciento, Lenovo además debe enfrentar el reto de que sus consumidores cambien sus computadoras y portátiles por teléfonos inteligentes y tabletas .
"Seguimos siendo positivos con la expansión de cuota de mercado de Lenovo. Sin embargo, el crecimiento absoluto será mucho más lento ", dijo Jefferies en un informe.
Para competir con pesados pesados del mundo tecnológico como Apple, cuyos productos son muy populares en China, Lenovo desarrolló una línea de teléfonos inteligentes y tabletas, las llamadas LePad .
De momento el negocio sigue creciendo aunque su marca, y su leyenda, siguen siendo menos conocidas que sus rivales HP, Acer o Dell.
Joel Backaler, del Grupo Frontier Strategy, explicó que Lenovo "como otras empresas chinas padecen del mismo problema: el crecimiento a alta velocidad de su negocio supera el crecimiento de sus marcas"..

miércoles, 11 de julio de 2012

Innovación: Las patentes como frenos


La guerra de patentes le pone un freno a la innovación

En los últimos años han crecido las demandas cruzadas entre las más grandes compañías de tecnología, que discuten por el licenciamiento y aplicación de sus desarrollos
Por Axel Marazzi  | Para LA NACION




Todas las compañías del mundo patentan sus productos y las de tecnología no se quedan atrás. Los fabricantes, cuando idean algo innovador que consideran que vale la pena, van a la justicia y llenan el formulario que determinará que ese producto fue creado por ellos y (si así lo deciden) que otros no lo podrán utilizar.
Hoy el mundo tecnológico atraviesa una guerra por patentes. Se debe a que cada vez se están convirtiendo en un negocio más redituable. Eso se puede ver en los números: en el 2010, solo en Estados Unidos, se registraron 219.614 patentes (31% más que en el 2009). El primero de la lista fue IBM (campeón histórico con 19 años consecutivos), seguido por Samsung, Microsoft, Canon, Panasonic, Toshiba, Sony, Intel, LG y HP.
Pero más allá de registrar sus ideas, muchas compañías lo que hacen también es adquirir otras empresas para poder obtener sus patentes. El ejemplo más claro de todos fue la compra de Motorola por parte de Google. Pagó, en agosto del 2011, US$ 12.500 millones para quedarse con las 17 mil patentes de la compañía estadounidense y ya las comenzó a utilizar con el lanzamiento de su primera tableta, la Nexus 7 .
No está mal que aquellos que realizaron innovaciones hagan valer sus derechos y decidan ir a la corte cuando son violados: el problema es que en el ámbito de la tecnología todo es diferente. Las patentes en Estados Unidos se dan por 20 años. Cuando este tiempo se cumple, de manera automática los registros pasan a ser dominio público. El inconveniente es que 20 años para el mundo tecnológico, que avanza a un ritmo vertiginoso, es demasiado.
Por ejemplo, HTC demandó a Apple por infringir la tecnología de gestión de energía y Apple decidió realizar una contrademanda porque ellos violaron varias de las suyas. Los acusaban de, entre otras cosas, usar pantallas táctiles y reconocimiento de gestos en sus teléfonos. Hoy que un teléfono inteligente tenga pantalla táctil es algo de lo más normal del mundo. Pasaron solo unas pocas semanas desde la presentación oficial de la Nexus 7, pero un vocero de Nokia ya dejó entrever que podría llegar a haber problemas si desde el buscador no pagan. No revelaron cuál es la patente violada aunque se rumorea que todo apunta a una relacionada a la tecnología WiFi. Apple y Samsung llevan hoy la batalla más visible; aunque con idas y venidas , por estos días se consideraba una victoria para Samsung que un juez inglés considerara a las Galaxy de la compañía coreana "menos cool" que una tableta iPad. Mientras, la dispusta entre Oracle y Google (que originalmente suponía un desembolso de 2600 millones de dólares por infracción de patentes de Java en Android) terminó con una victoria para Google .
Amazon, Facebook, Apple, Google, HTC, Kodak, LG, Microsoft, Motorola, Nokia, Yahoo, Oracle, RIM, Sony y Samsung son solo algunas de las empresas que en la actualidad están en medio de similares demandas. La guerra no está ni cerca de terminar.
¿Por qué? Muy simple: detrás hay una cantidad de dinero tan grande que convirtió a este tipo de juicios en un negocio. RPX Corporation, una consultora estadounidense en temas relacionados a las patentes, asegura que se generan por año más de US$ 50.000 millones entre pagos de licencias y derechos de propiedad intelectual mientras que los honorarios de abogados suman US$ 6000 millones.

LA EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA EN PELIGRO

Muchos expertos, entre ellos el ex CEO de Google, Eric Schmidt, aseguran que todo este gran problema de patentes lo único que hace es perjudicar a los usuarios. En la actualidad muchos ingenieros y programadores solo redactan patentes en vez de producir o tienen que modificar sus ideas para que no se parezcan demasiado a otras y terminen en un complicado y extenso juicio que beneficiará al demandante.
Si bien las empresas con miles de millones en la cuenta no tendrán demasiados problemas, las compañías pequeñas sí y ahí es donde radica el problema más grave. "No creo que las demandas entre las grandes compañías sean un problema en lo que respecta a la innovación. Ellos saben cómo defenderse y tienen los recursos necesarios para pagar lo que sea necesario", le aseguró a LA NACION el consultor, creador de la campaña NoSoftwarePatents y fundador del blog FOSS Patents Florian Müller.
Desde la Electronic Frontier Foundation , una agrupación conformada por abogados, analistas, activistas y demás expertos que defienden la libertad en el ámbito de la tecnología, explican que si alguien quiere registrar una patente en Estados Unidos necesita 20.000 dólares al año para pagar los costos de mantenimiento, pero todo cambia si llega una carta de infracción. Para costear los gastos de abogados se necesitan unos 100.000 dólares o pagarle un porcentaje del total si se llega a ganar el juicio. Por estos motivos muchos desarrolladores e ingenieros deciden dejar de lado sus proyectos porque saben que el riesgo que se corre es demasiado alto.
Y si todo estaba bastante oscuro en el ambiente, las cosas empeoraron. Hace tiempo aparecieron los "Troll de patentes", que se tratan de compañías que si bien ganan dinero de manera legal, lo hacen de formas muy cuestionadas.
Son firmas o personas particulares que no crean productos ni realizan innovaciones. Lo único que hacen es adquirir patentes de otras empresas que están en quiebra, solo para enjuiciar a quienes las infrinjan. Hacen esto con la única finalidad de ganar dinero y no tienen la intención de fabricar los productos o llevar a cabo las ideas.
Para Martín Carranza Torres, director y socio del estudio jurídico especializado en delitos de propiedad intelectual Carranza Torres y Asociados, lo que está mal es la actitud que toman algunas empresas: "No es un problema del sistema en sí sino de cómo se lo utilice". En oportunidades lo que hacen estos "Troll de patentes" es aprovechar vacíos que existen en él y le dan un "uso parasitario" que lo único que hace es perjudicar.

TWITTER, ¿EL NUEVO SALVADOR?

Twitter ideó una forma de ponerle un freno a esta guerra y lanzó el "Acuerdo de los Innovadores de Patentes" a través del cual se usarán "como escudo y no como arma". En su blog oficial , la compañía de la red social le pidió a las empresas que se unieran y que las patentes sean únicamente usadas como defensa ante una litigación.
El acuerdo tendrá vigencia desde este mismo año aunque no aclararon la fecha exacta y, como no podía ser de otra manera, Twitter será el primero en la lista de los adheridos. Funcionará para todas las innovaciones creadas por sus empleados. Si se tiene en cuenta que esta idea viene en un momento en el que los juicios y demandas por las patentes son moneda corriente, sin dudas se puede divisar, al menos, una luz al final del túnel.
Desde la Electronic Frontier Foundation lo explican de la manera más clara: "Las formas en las que se apoya el sistema de patentes actual es insostenible. Lo que necesitamos es un sistema que realmente impulse la innovación o que, al menos, no se meta en el medio".
El pato lo pagan, en muchos casos, los usuarios: parte de las escaramuzas entre las diferentes compañías en conflicto consiste en pedirle a la justicia que detenga la venta de tal o cual producto en determinado país (Apple, Samsung, Nokia y HTC son los que más han apelado a este recurso) lo que genera demoras y cancelaciones en la venta de los equipos, aún cuando ya estaban pagos.
Hasta la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que en general se mantiene al margen de estas cuestiones, dijo basta y el 10 de octubre próximo hará una reunión general entre sus miembros para discutir el tema..

lunes, 9 de julio de 2012

Educación: Aumenta la educación universitaria online


Educación a distancia en el país

Cada vez más, las universidades migran hacia el ciberespacio

En cuatro años la demanda de clases virtuales creció 250%; se sumaron 54.880 alumnos

Gabriela Olavarrieta cursa en la Universidad Siglo XXI las materias teóricas online desde su casa en sus momentos libres y las prácticas en el edificio de la universidad. Foto: LA NACION / Graciela Calabrese

En los últimos años, más de 30 universidades públicas y privadas de la Argentina llevaron sus aulas al ciberespacio. Allí, cada vez más alumnos acceden a los materiales que deben preparar para aprobar las materias de la carrera que cursan desde la pantalla de su computadora. Y lo hacen, según coinciden docentes y estudiantes de estos campus virtuales, con las mismas exigencias que lo harían en el aula tradicional.
"Siento que tengo que estudiar igual que en mi primera carrera, cuando iba todos los días a cursar. Quizás estoy más grande...", dice, un poco en broma, la traductora Gabriela Olavarrieta, que a los 31 años quiso hacer un giro profesional y este año empezó a estudiar a distancia la licenciatura en recursos humanos.
"No iba a poder cursar todos los días con los horarios de trabajo alocados que tengo y con mayores responsabilidades que cuando vivía con mis padres", agrega, mientras por otro teléfono trata de que su proveedor de Internet le resuelva la falta de conexión. "Es que tengo un parcial el viernes y tengo que estudiar", explica.
Aunque el Ministerio de Educación asegura que no cuenta con estadísticas disponibles sobre la cantidad de instituciones educativas que ofrecen esta posibilidad ni de alumnos que la aprovechan, los especialistas consultados coinciden en que la educación a distancia está creciendo de manera sostenida desde los noventa. Además, no sólo la utilizan quienes viven lejos de las principales ciudades.
Como Gabriela, Lucas Salomon, que cursa el segundo año de la licenciatura en comercialización en la Universidad Siglo 21, vive en Buenos Aires. "Empecé una tecnicatura y me pasé a la carrera -cuenta-. En el trabajo puedo estar seis o catorce horas por día. Así, los horarios de estudio los manejo yo. Sé que un día por semana tengo que ir dos horas a una clase presencial. Hasta mis amigos se pasaron a carreras como martillero o recursos humanos. Hay que ser muy organizado para estudiar."
Según un informe del Banco Mundial publicado en 2005, la cantidad de universidades públicas que ofrecían educación a distancia creció un 62% entre 2000 y 2002. Y hoy, el 85% de las universidades argentinas ofrecen alguna forma de educación a distancia.
El único relevamiento local sobre el tema es de hace cuatro años, cuando se presentó en el VI Congreso Internacional de Educación Superior. El magíster José Francisco Martin y la licenciada Maida Diyarian recopilaron la información disponible hasta 2007 y estimaron que la oferta se había triplicado en 2002 y se había cuadruplicado en 2007, cuando el 46,6% de 103 instituciones del sistema universitario argentino ofrecían carreras de pregrado, grado y posgrado de manera virtual.
Mientras la demanda de las carreras presenciales crecía un 6% a partir de 2002, los alumnos de las aulas virtuales lo hicieron un 250% en las carreras de pregrado y grado: de 18.864 estudiantes a distancia en 2002, los campus virtuales se instalaron en las computadoras de 54.880 estudiantes en cuatro años.
"Y sigue creciendo. Hay instituciones muy serias, como también universidades a las que el sistema no les resulta por falta de recursos u otros motivos. Así como hay adversarios, hay defensores. Sé que cuando está muy bien diseñada llena vacíos", explica Martin, ex rector de la Universidad Nacional de Cuyo, ex director nacional de Gestión Universitaria y ex integrante de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau).

MÁS RESPETADO

Para la doctora Sara Pérez, secretaria académica de la Universidad de Quilmes, la "matrícula ha ido ganando reconocimiento del sistema universitario. Hoy, los alumnos se enorgullecen de que es hasta más difícil que la carrera presencial".
Y Roxana, que estudió licenciatura en hotelería y turismo en la Universidad Virtual de Quilmes (UVQ), lo confirma: "Se perfeccionaron las plataformas y es mucho más exigente porque hay que leer una gran cantidad de materiales y depende exclusivamente del alumno. Si uno no toma el ritmo, no puede cursar. De hecho, muchos abandonan".
La de Quilmes fue la primera universidad pública virtual del país. Cuenta con 8000 estudiantes argentinos y de otros 17 países en las ocho carreras que ofrece vía Internet. Unos 1700 profesionales están cursando algún posgrado. En la Universidad Nacional del Litoral Virtual, por ejemplo, cada año se incorporan unos 3000 alumnos a los más de 10.000 de todas las provincias argentinas, según publica online.
En las instituciones públicas y privadas hay que abonar una matrícula y una cuota mensual. Para las carreras de pregrado y grado, por ejemplo, eso oscila entre 200 y 500 pesos en las primeras y 700 pesos o más en los centros privados. Sólo basta utilizar un buscador online para encontrar la opción más conveniente.
"Los cursos son más económicos que los presenciales porque se reducen muchos costos", precisó el magíster Oscar De Majo, coordinador del Programa a Distancia (PAD) de la Universidad del Salvador y miembro del Panel de Expertos del Centro Virtual para el Desarrollo de Estándares de Calidad para la Educación Superior a Distancia para América Latina y el Caribe.
"Es una opción muy valorada por los adultos que dejaron una carrera y quieren retomarla, los que trabajan y quieren seguir estudiando y los que quieren empezar a hacerlo porque antes no pudieron -detalla Pérez, ex directora del programa de educación virtual de la Universidad de Quilmes-. Es una forma de acercarse a la formación universitaria cuando se vive lejos o por falta de tiempo."
Mientras el campus virtual de Quilmes atrae estudiantes de unos 37 años en promedio, el de la Universidad Siglo 21 concentra una población algo más joven. "El estudio a distancia es elegido mayoritariamente por los que tienen más de 25 años -explica su rector, licenciado Juan Carlos Rabatt-. Curiosamente, el nativo digital va a la universidad presencial a menos que no tenga alternativas. ¿Por qué el adolescente de 18 años querría estudiar a distancia si lo que le interesa es la conexión con sus pares? En las localidades lejanas, ésta es una opción inclusiva."
De hecho, los 160 centros de aprendizaje a los que, como Gabriela y Lucas, los alumnos deben concurrir dos horas por semana están diseminados desde Tierra del Fuego hasta Abra Pampa, en Jujuy, donde también cursan 25 collas. Si no, se puede optar por la modalidad a distancia exclusivamente. En Siglo 21, actualmente cursan 32.538 alumnos, con un crecimiento anual de la matrícula del 35,9 por ciento.

EL SISTEMA SE COMBINA CON CLASES PRESENCIALES

El alumno más austral que aprovecha esta nueva modalidad de educación a distancia reside en la Base Esperanza, de la Antártida, y su vecina más cercana es Mariel Zanini, para la que en Ushuaia ir una vez por semana a clase presencial le permite "interactuar con los compañeros, con los tutores, tener una contención [...] No estar sola".
En los centros de aprendizaje los alumnos trabajan en equipos con un tutor y presencian teleclases. Los parciales y los finales siempre son presenciales.
"Los sistemas de vanguardia deben asegurar que no haya fraude para que no se desprestigie el sistema", explica Rabatt. A pesar de la distancia, Mariel, como el resto de los alumnos consultados, dice que el contacto online con los profesores "da una cercanía impresionante".
Además, según agrega Mariel, de 36 años, que cursa el tercer año de abogacía, "me permite combinar el estudio con mis obligaciones personales y laborales, uno de los principales atributos que en este momento priorizo".
Si tuvieras que recomendarle algo a un alumno, ¿qué sería?
-Que tenga conducta, que no pierda de vista la autodisciplina. Este sistema requiere por lo menos sentarse a estudiar 2 horas diarias.
Según explica Mariel, lo más importante a su modo de ver es que quien se decida por estos sistemas se abra a las nuevas tecnologías, donde puede descubrir un mundo totalmente distinto, lleno de posibilidades interactivas que lo van a sorprender.
Gabriela lo resume así: "Es atractivo y llevadero, además de que facilita un montón la organización de los horarios. ¡Podés estar en pijama en casa en una clase de álgebra o filosofía! Es una experiencia diferente y, por ahora, la estoy aprovechando mucho".

jueves, 5 de julio de 2012

Videojuegos: Nueva consola libre


Presentan la primera consola de videojuegos "construida para ser hackeada"

El dispositivo, que funcionará con sistema Android, tendrá un precio de 99 dólares y juegos gratuitos. Todavía no tiene fecha de lanzamiento.
CUBO. Esta es la forma del prototipo de la nueva consola.
CUBO. Esta es la forma del prototipo de la nueva consola.

Android, el sistema operativo desarrollado por Googlesigue expandiendo sus horizontes. La empresa Ouya reveló un nuevo emprendimiento que funciona con esta tecnología, una consola de videojuegos, con un precio de 99 dólares y un catálogo de juegos gratuitos.
Sus creadores destacan que la máquina está “construida para ser hackeada”, al incluir un programa con el que cualquier usuario podrá desarrollar aplicaciones e incluso videogames que luego podrán comercializarse vía Internet, a través del bazar online del dispositivo.
Los juegos disponibles serán gratuitos, al igual que sucede con muchos productos descargables disponibles para Android, que se sustentan a base de publicidad -como Angry Birds- o mediante modelos Freemium, que mediante micropagos permiten adquirir nuevas partes exclusivas.
TN

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