viernes, 29 de marzo de 2019

Marketplace y Mercado Libre en auge ante la estanflación argentina

La crisis golpea duro: mirá cuántos argentinos ya venden por Facebook o Mercado Libre para ganar un extra

La crisis alejó a los usuarios de las plataformas de ecommerce y se acercaron a las redes sociales. Las claves de un fenómeno que aumenta como el dólar
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Por Irina Sternik | iProUp




La magia del orden de Marie Kondo fue la frutilla del postre para que muchos se animaran a deshacerse de artículos. La crisis, sin embargo, es la explicación más realista del fenómeno que se vive en las redes, donde amigos y conocidos aprovechan los seis grados de separación para poner en venta sus productos.

En realidad, el auge de las ventas online en sitios como Facebook o Instagram vienen a ser la contracara de lo que ocurre a nivel país.

"Hay innumerables datos que reflejan la situación crítica de la economía. Uno de ellos es la caída en el uso de la capacidad instalada de la industria: en enero fue del 56%, un registro aún más preocupante que el del mismo mes de 2018, cuando se ubicó en 61%", afirma en diálogo con iProUP el economista Edmundo Szterenlicht.

Para el experto, el impacto que provocan la política monetaria restrictiva y las altas tasas de interés limitan las posibilidades ya no sólo de realizar inversiones, sino también para sostener el capital de trabajo, especialmente en las Pymes. A esto, se le suma la escalada de un dólar que parece no tener techo y que deriva en más inflación.

En el marco de una crisis que no da tregua, el comercio electrónico viene siendo la contracara. Según algunos analistas, ambas cuestiones tienen un cierto vínculo. Es decir, ante la caída del poder de compra del salario, crece el número de argentinos que busca aumentar sus ingresos vendiendo por Internet.

En efecto, través de las plataformas más populares y de los diferentes marketplaces:

  • Se han despachado poco más de 120 millones de productos en los últimos doce meses
  • Esa cifra equivale a un avance interanual de 25%, medido en cantidades 
  • En términos de facturación, $230.000 millones, lo que supone un alza cercana al 50% 

En la vereda de enfrente, todo es negativo. Las ventas en shoppings y supermercados no detienen su declive y se multiplican las empresas que deben cerrar sus puertas o se ven obligadas a recurrir al procedimiento preventivo de crisis.

Los ingresos en los comercios vienen en bajada y los que se generan en la web, en ascenso.

Martín Lang, presidente de Mastercard Argentina, aporta a iProUP una frase que resume lo que viene. Según datos que maneja la empresa, la curva del ecommerce "se cruzará con la del comercio físico el año que viene o el próximo".

En otras palabras, las compras con tarjetas no presenciales (web) superarán a las presenciales (comercios) en el muy corto plazo.

Ante el crecimiento de la venta online, no sólo las marcas están apuntando a vender más por Internet, sino también las Pymes y los particulares.

Según Mercado Libre, más de 80.000 personas viven de la comercialización de productos en su plataforma. Pero el portal de Marcos Galperín no es el único que capta esta tendencia alcista: el MarketPlace y el muro de Facebook -al no cobrar comisión- también rankean alto entre las opciones más elegidas por los usuarios para surfear la crisis.

La diferencia con respecto al resto de las plataformas de ecommerce es que se trata de un canal de comunicación directo entre vendedores y compradores: no se cobra por publicar, no hay envíos, todo funciona como un "mercado de pulgas" pero a través de Internet.



Un fenómeno en crecimiento

Aquellos que venden a través del Marketplace de la red social tienen perfiles y objetivos tan variados como la cantidad de productos que se ofrecen en la plataforma.

También, diferentes motivaciones, ya sea para complementar sueldos que no resisten la inflación, hacer frente a gastos imprevistos y, en varios casos, para deshacerse del stock que les dejó el cierre de un negocio a la calle, tras no haber podido soportar el costo de alquiler y mantenimiento.

Según pudo saber este medio, cerca de 7,75 millones de argentinos interactúan en la gran vidriera de Facebook, ya sea para comprar, vender o simplemente observar el menú de productos y servicios puestos a la venta. Y, de ese total, más de un millón de personas comercializan a través de esta red social.

A la hora de buscar las claves para este fenómeno, desde la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) indican a iProUP que los micro-emprendimientos buscan, a través de canales de este tipo, generar una comunidad y lograr engagement (empatía).

"En un contexto apremiante en términos de inflación, costos fijos que aumentan, caída del salario real, muchas personas se unen a la tendencia de digitalización de negocios tradicionales, que se ha ido incrementando año a año", describe en diálogo con iProUP Daniel Tricarico, director Ejecutivo de ASEA.

El ejecutivo agrega que "Instagram es un canal que funciona muy bien en rubros como moda, gastronomía y búsqueda de experiencias".

Otro punto que explica el uso de las redes sociales como canal de ventas en franco crecimiento son las comisiones que cobra Mercado Libre por el uso de su plataforma, a saber:

  • 13% del importe del producto por la publicación básica
  • 27% para la publicación "premium", que permite ofrecer cuotas sin interés

Además del Marketplace, otra de las modalidades utilizadas consiste en ofrecer productos a través de las redes propias: en el muro o a través de historias de Instagram y estados de WhatsApp. Al fin y al cabo, todas son plataformas de la familia Facebook.

Además de no pagar comisiones por el uso, las redes sociales como punto de venta permiten evitar los gastos derivados de un local "físico". Y eso se traduce en precios más atractivos para los consumidores con respecto al canal tradicional.

Algunos ejemplos: pantalones por menos de $500, calzado por debajo de $1.000, muebles directos de fábrica, viviendas sin intermediarios y productos de todo tipo y color.

"La primera vez vendí unos libros de Harry Potter en inglés. Los había ofrecido primero en Mercado Libre pero no tuve éxito. En Facebook, los despaché rápidamente porque un conocido se los regaló a su sobrina, también fan", cuenta Claudia Regina Martínez, quien hace dos años quedó desempleada.

Además de posibilitar estas conexiones, el MarketPlace permite delimitar públicos, impulsando el comercio electrónico en pueblos, ciudades o municipios pequeños y permitiendo que los usuarios se comuniquen con sus vecinos.

"El 'Face' tiene un servicio que te publica tu aviso en todas las páginas de ventas de la región. A veces, acoto a mi ciudad y en otros casos especifico que abarque localidades cercanas que están a 100km", explica Jorge Arabito, profesor de Olavarría, en la provincia de Buenos Aires.

Arabito es experto en informática y, por lo tanto, sabe detectar productos del mercado negro, una de las principales desventajas de comprar en la red social. "A veces, hay dispositivos pero sin los accesorios correspondientes", ejemplifica.

Al ser tantas las categorías disponibles en el mercado de Facebook, la amplitud de productos o servicios es más que variada: terrenos, libros, electrónica, ropa, accesorios, motos, autos, celulares y computadoras, entre otros ítem que se venden en la plataforma.

Además, las conexiones entre los usuarios de la red social ayudan a vencer la "desconfianza" de comprarle a un desconocido, algo que no ocurre en los canales de venta como Mercado Libre, donde hay sistemas de reputación, reclamos y prevención de fraudes. Pero también las transacciones se resuelven de manera más ágil.

"Vendí ropa, muebles, electrodomésticos, sillas, sillones, todo por Facebook. Esto genera que aparezcan amigas de amigos y se genere una comunidad, porque hay una confianza previa. Cuando me mudé, en menos de una semana logré colocar todo", relata Carolina Balderrama, periodista de profesión y experta en vender en redes sociales.

Si bien al principio comenzó a usar las redes por recambio, al ver que era una salida para tener dinero efectivo en el día a día lo tomó como una actividad paralela para compensar la inflación.

"Ahora, voy a vender un montón de vestidos porque necesito el cash. Estoy también tratando de salir de las compras masivas o supermercados y pruebo con lugares del barrio y pequeños productores y productoras, diseñadores, etcétera", completa.

Tienda Nube, Instagram y MercadoLibre quedaron como una opción para usuarios con proyectos propios. Tal es el caso de Julieta Mastrostéfano y de muchos otros productores independientes.

"Tengo un emprendimiento de papelería. Desde que comencé, vendo todos por Instagram, MercadoLibre, Tienda Nube y Facebook. Si bien hay que trabajar en la presentación de los productos -ya que es la única referencia que tiene el comprador para elegir-, con muy bajo presupuesto pude darme a conocer y tener contacto con gente de todo el país", revela.

Mastrostéfano aconseja esmerarse en las "fotos claras y atractivas, donde el artículo se destaque. También, sumarle una descripción detallada, para reducir las dudas, y siempre poner los medios de contacto a la vista, para que el comprador llegue fácil".

Se trata de tres casos de los más de 1 millón de argentinos que apuestan a las redes sociales para hacerse de dinero extra. Y no son pocos los que han encontrado en la web el canal ideal para desarrollar su vocación emprendedora.

sábado, 16 de marzo de 2019

Antimonopolio: Vuelve a escena la idea de partir a los grandes tecnológicos

Facebook no es un monopolio pero deber partirse de todos modos

Antonio García Martínez | Wired



La senadora y candidata presidencial Elizabeth Warren propone separar Facebook, Google y Amazon. JONATHAN WIGGS / THE BOSTON GLOBE / GETTY IMAGES

El viernes pasado, la candidata presidencial demócrata Elizabeth Warren anunció su plan para partir en diferentes empresas a los gigantes tecnológicos Amazon, Facebook, Apple y Google. Su argumento se tambalea en algunos lugares: ¿a alguien realmente le importa que tengamos a Bing además de Google? Pero el tema general es el progresivo de que las grandes empresas son demasiado grandes para el bien de la sociedad.

Sin embargo, hay un aspecto del capitalismo digital contemporáneo que creo que muchos comentaristas y cruzados antimonopolio extrañan: Silicon Valley no está lleno de monopolistas. Está lleno de lo que son (técnicamente) llamados monopsonistas.

Un monopsonio es un mercado dominado por un comprador y muchos vendedores; es lo inverso de un monopolio y requiere recursos antimonopolio completamente diferentes. En una situación de monopolio, antimonopolio significa desagregar el suministro para brindar alivio a los consumidores. En una situación de monopsonio, antimonopolio significa desagregación de la demanda para brindar alivio a los proveedores, lo que a largo plazo debería beneficiar a los consumidores.

Para ver cómo se desarrolla esto, considere esta antigua sierra de Silicon Valley: la compañía de medios más grande del mundo, Facebook, no produce medios; Airbnb, la compañía de hospitalidad más grande del mundo, no posee habitaciones de hotel; La mayor compañía de taxis del mundo, Uber, no posee taxis.

Si el dicho es cierto, ¿qué define a Uber como una compañía de taxis? El hecho de que todo el mundo esté buscando un paseo en el Distrito de la Misión de San Francisco a las 2 am de un sábado está mirando su aplicación, eso es lo que Lo mismo ocurre con las personas que buscan leer las noticias del día (Facebook) o comprar una experiencia de viaje única y poco convencional (Airbnb).

Control de la demanda en lugar de la oferta

Monopsony cambia el guión de lo que normalmente pensamos sobre el comercio que vale la pena citar un ejemplo.

Quizás el mejor proviene del mundo de ladrillo y mortero: Walmart. Tal como se explica ampliamente en The Walmart Effect, de Charles Fishman, Walmart es un monopsonista despiadado, que ha aprovechado una enorme cantidad de demanda minorista en los EE. UU. Y, aquí, es el punto clave que distingue a los monopolistas, comenzó a ofrecer a sus clientes más y más por menos. . Mantiene aproximadamente el 25 por ciento de los márgenes brutos al cincelar a los proveedores sin cesar, aplicando los tornillos para hacer tratos en todo, desde los mangos hasta los pantalones de Levi, y exigiendo descuentos por volumen que utiliza para socavar a los minoristas más pequeños, demoliendo las Calles Principales en todas partes. La compañía mantiene a los compradores contentos y a los proveedores miserables amenazando con cerrar su llave de demanda.

¿Cómo funciona el monopsonio en el mundo de los bits en lugar de los átomos? Considere la posibilidad de Airbnb, que recientemente adquirió la posada hotelera "Hotel Tonight". A primera vista, esto parece extraño: ¿qué tiene que ver la unidad de suegros de Berkeley o la cabina rural de Airbnb en Montana con los viajeros de negocios atrapados que reservan el Ace Hotel? ¿Por qué Airbnb no compraría, digamos, firmas de administración de propiedades para integrar más estrechamente su canal de suministro, como hacen todas las firmas dominantes del mercado desde que Standard Oil lo hizo?

La respuesta: a diferencia de los monopolistas de la oferta, que se integran verticalmente, los monopsonistas de la demanda integran la demanda horizontalmente, adyacentes a su negocio principal, dominando su cadena de valor a través de un dominio absoluto. Por lo tanto, Airbnb (que, de nuevo, no controla una cama individual) compra otro servicio que no es más que una aplicación móvil, un flujo entrante de ventas que conduce a los proveedores reales de alojamientos.

La versión para los medios es Facebook, que es un monopsonista de la atención humana. La red social aprovecha a los proveedores de medios, típicamente los mismos usuarios, que voluntariamente suministran Facebook a través de sus propias vidas personales hipermediadas. Otros proveedores son medios de comunicación convencionales como The New York Times o Fox News, que (semi) comparten voluntariamente su contenido caro a través de News Feed.

Al igual que en la relación de Walmart con sus proveedores, este monopsonio otorga a Facebook el apalancamiento para establecer precios con proveedores de medios, que universalmente son ... cero dólares. Además de algunos experimentos para pagar videos o compartir ingresos de publicidad con productores de contenido, Facebook no paga en gran medida por sus medios. Los usuarios son, sin duda, "pagados" por su contenido con el servicio de Facebook. Para medios externos, Facebook proporciona distribución de su contenido. El problema es que Facebook también ha usurpado gran parte de la publicidad de esos medios, negando el potencial de monetización de la misma distribución que proporcionan. (Esto se debe en gran parte al resultado de un paradigma publicitario creado por Google y expandido en Facebook, que cambió el poder de la publicidad de editores que vendían audiencias —los lectores de una publicación— a anunciantes que se dirigían a personas específicas en función de sus propios datos o de intermediarios como Facebook. El editor pasó de ser un fijador de precios de medios a un tomador de precios, y los precios se desplomaron. Gracias a Facebook, los medios convencionales perdieron el control de la distribución y la monetización al mismo tiempo, un golpe mortal.

¿Por qué estoy tan seguro de que Facebook debería verse a través de la lente de un monopsonista de agregación de demanda?

Solo observe las actividades de su equipo de "Crecimiento", que utiliza todos los trucos psicológicos o técnicos (correos electrónicos, notificaciones, información de contacto o datos de ubicación) para mantenerlo involucrado con la plataforma y así expandir la demanda. Considere un ejemplo reciente: Facebook adquirió Onavo, que pretendía ofrecer servicios VPN a los usuarios pero también medía el uso de aplicaciones móviles. ¿Por qué Facebook quería una compañía de VPN? Por lo tanto, tendría spyware en los dispositivos de todos (particularmente en datos demográficos valiosos como los adolescentes) para detectar los bolsillos de la demanda pasada por alto. Apple retiró la aplicación de la App Store por violaciones a los términos de servicio, pero FB solo reinició el hackeo a través de una aplicación de sondeo para adolescentes, lo que provocó un enfrentamiento entre los dos gigantes.

Si Facebook fuera un monopolista de suministro convencional, se integraría verticalmente, digamos, lanzando un servicio de medios rival a Fox News y luego amplificando selectivamente su propio contenido a expensas de rivales externos. Sería cortar tratos exclusivos e implacables con las celebridades para que sigan publicando en Instagram pero descuidando Snapchat. Sería iterando sin cesar alrededor de su propio producto, tratando de encontrar un nuevo "suministro" de redes sociales que se pueda impulsar a los consumidores.

La pistola humeante monopsonista

Pero Facebook se resiste tanto a las ventajas como a las responsabilidades de una compañía de medios, especialmente a moderar su propio contenido. No se trata de obtener bloqueos exclusivos en el contenido de las celebridades. No ha enviado una nueva característica de usuario realmente original en años. En resumen, no se trata de controlar directamente el suministro. Cualquier control que ejerza, como los medios de clasificación descendente dentro de News Feed, se realiza a través de las palancas de demanda que controla (como Walmart).

Eso, contraintuitivamente, es el arma monopsonista humeante justo ahí.

Los monopsonistas de la demanda se integran horizontalmente, adquiriendo o copiando la demanda del usuario adyacente a su demanda existente y ganando apalancamiento sobre sus proveedores (y anunciantes, si ese es el modelo). Es poco probable que Facebook sea dueño de una compañía de producción de medios, al igual que Airbnb y Uber no serán dueños de un hotel o de una compañía física de taxis. Pero si pueden, serán dueños de cada pie cuadrado de demanda que alimente esas industrias.

¿Cómo trata esto la ley antimonopolio estadounidense?

Por el momento, en su mayoría no lo hace. Desde la década de 1980, la ley antimonopolio de EE. UU. se ha enmarcado casi exclusivamente como un problema de protección al consumidor que se centra en los precios como la única medida válida de abuso corporativo. ¿Cómo funciona eso con una aplicación gratuita como Facebook?

Yo diría que la ley antimonopolio estadounidense debe cambiar su enfoque del daño al consumidor a la falta de beneficio para el consumidor. Esa es la nueva falta anticompetitiva que el árbitro de la FTC debería regular.

Pregúntese esto: ¿Cómo se beneficiaron los usuarios de Facebook al adquirir Instagram y WhatsApp? La respuesta corta es: en absoluto. Muchos usuarios de Instagram y WhatsApp ni siquiera se dan cuenta de que las aplicaciones son propiedad de Facebook (las declaraciones de "Estoy saliendo de Facebook por Instagram" son bastante cómicas). La sección más reveladora del reciente manifiesto de Mark Zuckerberg fue sobre la mensajería y la "interoperabilidad". Este es un intento desesperadamente desesperado de justificar las fusiones creando alguna utilidad para el usuario, donde en este momento no hay ninguna.

Para Facebook, sin embargo, abundan las ventajas. Al unificar los backends técnicos y operativos complejos y costosos de las tres aplicaciones, los nuevos Instagram y WhatsApp (que tenían respectivamente 13 y 55 empleados en la adquisición) pudieron lograr rápidamente una escala de clase mundial. La fusión de las operaciones comerciales hace que la entidad combinada sea más atractiva para los anunciantes. Cualquier aspirante a rival en Instagram, particularmente a la luz de las expectativas de privacidad como GDPR o las nuevas expectativas de los usuarios respecto a la moderación de contenido, deberán desarrollar capacidades legales y operativas costosas prácticamente desde el primer día. Esto plantea una inmensa barrera de entrada para cualquier competidor de Facebook.

Warren llega a una conclusión sólida, aunque por diferentes argumentos: dividir el conglomerado en compañías de pre-adquisición y anular la oferta de Zuckerberg para el monopsonio de demanda. Si la aplicación de Facebook se cae debido a un uso decreciente y un producto esclerótico, no puede apoyarse en Instagram.

Además de fomentar la competencia, dividir Facebook también podría aliviar algunas de las preocupaciones sobre la moderación del contenido. Si sacar a Alex Jones de Facebook no significa (efectivamente) echarlo fuera de Internet, el debate asume que es menos importante para un personaje de libre expresión. Facebook sería solo una aplicación más entre muchas, haciendo eco de los gritos y clamores de nuestras especies que siempre están peleando. Eso sería bueno para el mercado, así como para nuestra salud mental.

miércoles, 13 de marzo de 2019

Spotify acusa a Apple de prácticas anticompetitivas en Europa

Spotify acusa a Apple de prácticas anticompetitivas en Europa

Spotify, el servicio de transmisión de música, dijo que las políticas en la App Store de Apple violan las leyes de competencia y merecen una investigación.

Por Adam Satariano y Jack Nicas | The New York Times



Spotify, el servicio de transmisión de música, dijo que las políticas en la App Store de Apple violan las leyes de competencia y merecen una investigación. Crédito de crédito Britney Davis para The New York Times


LONDRES: el poderoso papel de Apple como guardián de la App Store ha frustrado durante mucho tiempo a los creadores de aplicaciones que deben cumplir con sus reglas o corren el riesgo de perder el acceso a cientos de millones de clientes que poseen dispositivos Apple.

Ahora, uno de los mayores rivales de Apple, el servicio de transmisión de música Spotify, dice que Apple está abusando de su posición y violando las leyes antimonopolio europeas.

En un intento agresivo por socavar el poder de Apple, Spotify dijo el miércoles que había presentado una queja ante los reguladores europeos, acusando a Apple de usar su App Store para aplastar a las compañías que compiten con sus servicios, incluida Apple Music.

La queja de Spotify llega en un momento peligroso para las compañías de tecnología más grandes del mundo. El control sobre el poder de Silicon Valley ha aumentado en los últimos años y ya se ha convertido en un tema entre los candidatos presidenciales demócratas.

Una de ellas, la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts, propuso la semana pasada dividir a los gigantes de la tecnología como un remedio a sus injustas ventajas. Una de sus ideas fue separar la App Store de Apple.

"La queja de Spotify es solo el ejemplo más reciente de lo que puede suceder cuando estas enormes compañías abusan de su poder para minar la competencia", dijo Warren en un comunicado el miércoles. "Necesitamos un campo de juego nivelado, y eso comienza dividiendo a las compañías de tecnología gigantes que poseen un mercado y operan en ese mismo mercado".

El miércoles, un informe del gobierno británico también pidió leyes antimonopolio más duras para la industria.

El rol de Apple como árbitro decisivo ha frustrado durante mucho tiempo a los creadores de aplicaciones al imponer reglas y cobrar una tarifa de hasta el 30 por ciento por cualquier producto vendido a través de su App Store.

Spotify, que tiene su sede en Luxemburgo y Suecia, dijo que le había dicho a la Comisión Europea, un agresivo regulador de la industria tecnológica, que las políticas no solo eran una molestia costosa sino un "impuesto" que violaba las leyes de competencia y merecía una investigación.

Las políticas han sido particularmente molestas para las empresas, como Spotify, que compiten con Apple. Spotify y Apple Music son los servicios de transmisión de música más grandes del mundo.

"Siguen dándose una ventaja injusta a cada paso", dijo Daniel Ek, director ejecutivo de Spotify, en un mensaje publicado en el sitio web de la compañía. Dijo que Apple actuaba como "jugador y árbitro para poner en desventaja deliberada a otros desarrolladores de aplicaciones".

Apple no respondió a una solicitud de comentario. La compañía ha dicho que las tarifas son razonables dado que debe mantener la App Store y está brindando acceso a millones de clientes potenciales que poseen dispositivos Apple.

La introducción de Apple de la App Store en 2008 revolucionó la industria de los teléfonos móviles, creando un nuevo mercado para que los consumidores descarguen juegos, herramientas de productividad y servicios de redes sociales. Ahora hay más de dos millones de aplicaciones disponibles en la App Store.

Las compañías como Spotify han prosperado en la plataforma de Apple, que generalmente genera más dinero para los desarrolladores de aplicaciones que la Play Store de Google.

Las ventas generales de Spotify el año pasado aumentaron un 29 por ciento a 5,3 mil millones de euros, o alrededor de $ 6 mil millones, pero la compañía no es rentable y está bajo la presión de los inversores para mejorar sus márgenes. La compañía pagó alrededor del 74 por ciento de sus ingresos para cubrir los derechos de música y los costos relacionados.

Spotify ha sido un competidor formidable para Apple al atraer clientes para la transmisión de música. Spotify dijo que terminó 2018 con 207 millones de usuarios activos en todo el mundo, incluidos 96 millones que se registraron para una suscripción paga que no incluía anuncios. En enero, Apple dijo que su servicio Apple Music tenía 50 millones de usuarios de pago.

El control de Apple sobre la App Store ha sido una fuente de tensión creciente, ya que la compañía se ha centrado más en los servicios en línea que compiten con muchas de las aplicaciones que se venden en su plataforma. A medida que las ventas de iPhone se han estabilizado, Apple se ha basado más en las ventas de software y servicios. El mayor impulsor de ese tipo de ingresos es la App Store.

Spotify dijo que Apple estaba cambiando continuamente sus políticas para dañar a los competidores.

"Las aplicaciones deben poder competir de manera justa en cuanto a los méritos, y no en función de quién es el propietario de la App Store", dijo Ek. "Todos deberíamos estar sujetos al mismo conjunto de reglas y restricciones, incluida Apple Music".

Una búsqueda de "música" en la App Store el miércoles mostró cómo Apple puede otorgarse una ventaja. El resultado principal fue un anuncio de Apple Music, seguido de ocho resultados más para las aplicaciones de Apple. Spotify fue incluido en el puesto 11.

Las empresas están encontrando maneras de reducir las tarifas que pagan a Apple. En 2016, Spotify comenzó a enviar clientes a un sitio web externo para realizar un pago en lugar de procesar los cargos dentro de su aplicación. Netflix y Amazon han hecho movimientos similares.

Como resultado, Spotify generalmente no comparte los ingresos con Apple para los clientes que se registraron después de 2016, sino que paga el 15 por ciento para los clientes que se registraron antes de ese período. La tarifa de Apple disminuye a 15 por ciento desde 30 por ciento después del primer año de suscripción.

Sensor Tower, una firma de datos de aplicaciones, estimó que Apple todavía absorbió el 23 por ciento de los aproximadamente $ 670 millones que los consumidores gastaron en Spotify en la App Store desde 2015 hasta 2018.

Pero Apple castiga a las empresas que no utilizan su sistema de pago al restringir su capacidad de comunicarse con los clientes y evitar el lanzamiento de actualizaciones de aplicaciones, afirmó Spotify. Spotify acusó a Apple de bloquear su aplicación y otros competidores de Apple de servicios como Siri, HomePod y Apple Watch.

Spotify dijo que Apple también trataba a las empresas de manera diferente. Uber, por ejemplo, no está obligado a pagar una tarifa a Apple por los cargos a través de su aplicación.

Apple demostró su poder este año cuando, en respuesta a la violación de las reglas de las aplicaciones de Facebook, cerró temporalmente las aplicaciones internas de Facebook, incluidas aquellas para el menú de cafetería de la empresa y el horario de transporte.

La Comisión Europea tiene un historial de convertir las quejas antimonopolio de una empresa en investigaciones más amplias de plataformas tecnológicas. El año pasado, multó a Google con un récord de 4,34 mil millones de euros, aproximadamente $ 5,1 mil millones en ese momento, por abusos antimonopolios relacionados con su sistema operativo Android, y obligó a Google a aflojar su control sobre la plataforma. Google está apelando. Los funcionarios europeos también están investigando posibles prácticas anticompetitivas por parte de Amazon.

Los reguladores europeos han expresado su preocupación por el predominio de Apple en la música. El año pasado, la Comisión Europea detuvo la adquisición por parte de Apple de la aplicación de identificación de canciones Shazam debido a la preocupación de que perjudicaría a la competencia, aunque finalmente se aprobó el acuerdo. En 2016, la comisión acusó a Apple de un plan de evasión de impuestos y ordenó a la compañía pagar $ 14.5 mil millones en impuestos atrasados ​​a Irlanda, una decisión que Apple está apelando.

No está claro si la queja de Spotify llevará a los reguladores europeos a iniciar una investigación formal de Apple. El mandato de Margrethe Vestager, el principal funcionario antimonopolio de la Comisión Europea, finaliza este año, lo que significa que la decisión podría ser de su sucesor.

"La comisión ha recibido una queja de Spotify, que estamos evaluando según nuestros procedimientos estándar", dijo la comisión en un comunicado.

En los Estados Unidos, la Corte Suprema está considerando una demanda presentada por consumidores que afirman que el control de Apple sobre la App Store representa un monopolio injusto, obligando a los clientes a pagar precios más altos de lo que lo harían en un mercado más abierto.

viernes, 1 de marzo de 2019

Los hackers rusos son 8 veces más rápidos que los norcoreanos

Los hackers rusos son ocho veces más rápidos que los grupos norcoreanos.


De acuerdo con un nuevo informe de la firma estadounidense de ciberseguridad Crowdstrike, los piratas informáticos rusos están muy por delante de los piratas informáticos más rápidos patrocinados por el estado, Corea del Norte, quienes son casi el doble de rápidos que los grupos chinos.


“Tiempo de ruptura”: la velocidad es uno de los factores más importantes dentro de la ciberseguridad hoy en día, según el director de tecnología de la compañía, Dmitri Alperovitch, lo que lo convierte en un buen proxy para la sofisticación operativa y la comercialización. Como resultado, Crowdstrike decidió crear una nueva medida que llama "tiempo de ruptura": el tiempo que tarda un intruso en ir más allá del punto de entrada inicial para llegar a otros sistemas en la red para robar datos. En 2018, el tiempo promedio de descanso fue de 4 horas y 37 minutos. Crowdstrike obtuvo los datos de los 30,000 intentos de violación que logró descarrilar en su base de clientes. (El informe no incluyó datos sobre hacks patrocinados por EE. UU.)

Las clasificaciones: el informe comparó cuatro estados nacionales (Rusia, China, Irán y Corea del Norte) y los grupos delictivos organizados (consolidados en una sola categoría) por tiempo de ruptura y encontraron los siguientes promedios:

  • Rusia: 18 minutos y 49 segundos
  • Corea del Norte: 2 horas y 20 minutos.
  • China: 4 horas
  • Irán: 5 horas y 9 minutos.
  • Grupos delictivos organizados: 9 horas y 42 minutos.
El significado: la ciberseguridad siempre será una carrera de armamentos entre atacantes y defensores. A medida que las intrusiones se detectan y se detienen más rápido que nunca, los atacantes también han tenido que mejorar su juego. No es una sorpresa para los expertos en seguridad que Rusia sea el primero de la lista, pero hasta el momento está tan adelantado que habla de lo buenos que son sus equipos de piratería patrocinados por el gobierno en las formas digitales de romper y entrar.


MIT Technology Review

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