Noticias del Software
Esta sección refleja noticias de la industria que merecen destacarse para conocer el ámbito actual y proyectado de la industria del software en Argentina y en el Mundo.
La Ciencia De Fijar Precios Al Software
Fijar precios no es una ciencia exacta, pero tampoco es magia – es influenciada por percepción que se tenga de su software, las condiciones del mercado y su valor. ¿Entonces cuál es el proceso de encontrar el precio ganador?
Marketing de software
El blog tiene entradas referidas al marketing de productos y servicios de software.
domingo, 20 de marzo de 2016
viernes, 18 de marzo de 2016
Escasez de oferta laboral en la industria informática argentina
7:00
Juan MC Larrosa
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Escasean los empleados para la industria informática argentina: faltan 5000 profesionales
En en país, el negocio del software es uno de los que más creció. Sin embargo, el mercado no llega a cubrir la demanda de expertos requeridos. El gerente de Hexacta, Pablo Viola, alerta sobre los peligros para el rubro y habla sobre la problemática en cuestión
iProfesional
La industria de software y servicios informáticos demostró un crecimiento exponencial que logró posicionarla dentro de una de las industrias más competitivas de todo el mundo. "Ya no somos los nuevos, somos reconocidos y tenemos experiencia", indica Pablo Viola, gerente de Hexacta, compañía que brinda servicios de desarrollo.
Sin embargo, este crecimiento está limitado por un obstáculo no menor: la falta de profesionales. "Estamos hablando de un problema muy serio, que puede terminar afectando una industria exitosa y reconocida mundialmente", sugiere Viola.
Según la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina (CESSI), el sector requiere al menos a 5000 personas más para cubrir sus necesidades.
"Creemos que se necesita un esfuerzo mancomunado para acercar el mundo de la informática a todos y generar un contexto en el cual prepararse para trabajar en el sector no sea sólo elegible para unos pocos", añade Viola, "la competencia es muy dura y la Argentina tiene lo que se necesita para ser los mejores".
Para lograr una relación directa entre el mercado del Software y la esfera educativa, desde Hexacta crearon una capacitación a alumnos de informática Hexacta Labs y, a su vez, participa del Proyecto GEMA, por el cual recibe a alumnos de escuelas secundarias para que realicen prácticas profesionales en la compañía.
Según el informe anual del sector de software y servicios informáticos de la República Argentina elaborado por la CESSI, entre 2003 y 2013 el número de empresas aumentó en un 132%.
Hexacta grafica dicho crecimiento a través de su trayectoria. "Hexacta comenzó su actividad hace 15 años con sólo 4 personas y superó la crisis de 2001, que afectó definitivamente a muchos emprendimientos locales de tecnología. Actualmente, emplea a más de 350 personas en sus cuatro sedes locales y, además, tiene oficinas en Brasil, Uruguay y Estados Unidos y forma parte del 1% de las empresas argentinas del sector que tienen más de 200 empleados", explica Viola.
Con respecto a la escasez de profesionales, Pablo Viola señala que desde la compañía se hacen cargo de esta cuestión y se comprometen a brindar su aporte para revertir la situación. "Nuestra principal apuesta es que las nuevas generaciones estén familiarizadas con la programación y que los jóvenes puedan formarse en estas profesiones desde chicos y en todos los sectores sociales", agregó.
En esa misma línea, en Hexacta Labs contribuyen a la formación de los talentos a través de cursos gratuitos que dan los profesionales de la programación a los alumnos, tanto en sus oficinas como en ambientes universitarios.
La industria informática en Argentina
La industria informática fue la que más creció en los últimos años en el país.Es a través del número de empresas que surgieron y permanecieron activas, que es posible percibir el crecimiento, indicado por el Reporte anual del sector de software y servicios informáticos de la República Argentina elaborado por la CESSI.
Según este informe, entre los años 2003 y 2013 la cantidad de compañías del rubro, creció un 132%. Al mismo tiempo, se espera un panorama favorable para febrero de 2015 con respecto a 2014: si bien se prevé un crecimiento algo menor para las ventas totales en Pesos, se espera un crecimiento alto para los ingresos desde el exterior en USD y el empleo.
¿Cómo interpretar este dato? En primer lugar, existe un continuo aumento de la exportación de servicios y con respecto al empleo hay una alta demanda de personal calificado, lo que demuestra la buena voluntad y capacidad de crecimiento que todavía tienen las empresas especializadas.
El aumento del 5.4% del 2014 denota el crecimiento del rubro, sobre todo si se tiene en cuenta la generación del empleo privado en general en la economía argentina, que posee una caída interanual del 0.5% a diciembre de 2014.
Es por esto que el informe establece que las altas expectativas vinculadas al empleo están relacionadas a la satisfacción con demanda del personal calificado cuando no por su oferta.
jueves, 17 de marzo de 2016
Inserción exportable de la industria del software argentina
18:26
Juan MC Larrosa
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El sector de software y servicios informáticos en la Argentina: ¿Es posible una inserción exportadora sostenible?
Por Andrés López
Enlace al original
Por Andrés López
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miércoles, 16 de marzo de 2016
Evolución en 2014 del mercado de software
18:09
Juan MC Larrosa
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La industria argentina de software y servicios informáticos ya es una marca país competitiva en el mundo
José María Louzao Andrade - Tiempo Argentino
La ciencia y la tecnología son grandes pilares para el desarrollo del país.
Cada vez más contribuyen a aumentar el nivel educativo y cultural, a generar beneficios para la competitividad de la economía y a favorecer la calidad de vida de la sociedad al tomar protagonismo para afrontar los retos sociales.
Es importante reflexionar acerca de la relevancia de que Argentina, y América Latina en su conjunto, cuenten con una creciente Industria de Software y Servicios Informáticos. El Instituto de Competitividad de ADEN, que realiza desde 2010 mediciones de competitividad para América Latina, toma como base diez aspectos fundamentales para evaluar competitividad, entre los que se encuentra la tecnología como indicador prioritario.
El mercado SSI (Software y Servicios Informáticos) en Argentina ha experimentado un crecimiento sostenido a lo largo de la última década. Ha crecido en un promedio de entre un 15 y 20% anual desde 2003, su facturación actual alcanza los 3700 millones de dólares, sus exportaciones están en 900 millones de dólares y hoy en día el sector emplea alrededor de 80 mil personas. Durante los últimos diez años el objetivo de CESSI ha sido impulsar el crecimiento y posicionamiento de la industria de tecnología de la información (TI) Argentina en el país y en el mundo, procurando generar valor agregado y reducir la brecha digital. Además, se ha logrado una intensa articulación de la industria con el Estado, otras industrias y sectores productivos del país y del exterior. También ha sido importante la mejora de la calidad y cantidad de recursos humanos profesionales a través de las numerosas acciones realizadas junto con universidades, centros de estudios, colegios y áreas del Estado, así como las acciones de inclusión social, digital y laboral para colaborar en alcanzar una sociedad más justa y equilibrada.
Para 2014 se estima un crecimiento del sector promedio como el que venimos observando desde 2003. Se continuarán propiciando las acciones tendientes a mejorar la calidad y cantidad de recursos humanos profesionales así como aquellas que elevan el valor a la oferta de productos de software y servicios informáticos, a través de la Investigación + Desarrollo + Innovación, el aumento en los niveles de calidad, competitividad de las empresas del sector y el posicionamiento comercial de la Marca País.
En los próximos años la industria del software continuará trabajando en los ejes de Inclusión, Innovación, Internacionalización y Transversalidad. Se espera desarrollar acciones para incentivar aun más el crecimiento del sector y su posicionamiento nacional e internacional. El Plan Estratégico Industrial 2020, elaborado por el Ministerio de Industria de la Nación en conjunto con el sector en el año 2010, ha proyectado como metas a alcanzar por la Industria de Software y Servicios Informáticos para el año 2020: duplicar los puestos de trabajo, triplicar la facturación y cuadruplicar las exportaciones. El Estado requiere de este sector y de sus empresas que permiten integrar, con potencial asociativo en toda su cadena de valor, los distintos esquemas que las nuevas tecnologías necesitan. El software es fundamental para dar respuestas innovadoras a fin de continuar desarrollando una sociedad con mejor calidad de vida y transparencia y una economía con empresas de los distintos sectores productivos altamente competitivas. Argentina ya cuenta con una Industria SSI que hoy en día es una marca país capaz de hacer frente a los exigentes desafíos del mundo global actual.
miércoles, 2 de marzo de 2016
La educación escolar en Silicon Valley: sin WiFi ni computadoras
19:56
Juan MC Larrosa
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Sin ordenadores ni wifi: así son los colegios que triunfan en Silicon Valley
En lugares como California proliferan cada vez más los colegios sin tecnología. En España, con nuestro cuestionado sistema educativo, muchos padres también optan por métodos alternativos.
Rita Abundancia - El País
Sin ordenadores ni wifi: así son los colegios que triunfan en Silicon Valley
¿Tiene sentido enseñarles una tecnología que estará obsoleta en 10 años? Foto: Corbis
Los gurús de Silicon Valley, los cerebros detrás de Apple, Google, Yahoo o Hewlett-Packard, los que inundan el mundo con nuevos softwares y aplicaciones, envían a sus hijos a escuelas en las que los ordenadores brillan por su ausencia y el material escolar se parece más al de una comunidad Amish que al de una oficina en el laboratorio tecnológico de ideas más grande del mundo. Los mismos que diseñan tablets, juegos interactivos y programas informáticos para niños, eligen una infancia sin pantallas para sus retoños, en escuelas alternativas, libres de wifi.
La Waldorf School de Península, en California, es uno de los centros que concentran más hijos de la tecnología, con una pedagogía que apuesta por la experimentación en el mundo real, una vuelta al papel y al lápiz y un énfasis en fomentar la creatividad, curiosidad y habilidades artísticas innatas en los más pequeños. De hecho, muchos empiezan a cuestionarse el papel de la informática en las aulas. Como apuntaba The Guardian en un artículo al respecto, la Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), sugiere en un informe global que los sistemas de educación que han invertido mucho en ordenadores han registrado una “insignificante mejora” en sus resultados de lectura, matemáticas y ciencias, en los test del Programme for International Student Assessment (PISA); mientras, en palabras del director de educación de la OECD, Andreas Schleicher, “los mejores sistemas educativos, han sido muy cautos a la hora de usar tecnología en las aulas”.
Beverly Amico, líder de la asociación de escuelas Waldorf de Norteamérica, comentaba al mismo periódico que “sus centros enseñan a los alumnos las nuevas formas de pensar que muchos empresarios demandan” y añadía que “los estudiantes criados con tecnología acusan a menudo poca disposición para pensar de forma distinta y resolver problemas. Habilidades como tomar decisiones, la creatividad o la concentración son mucho más importantes que saber manejar un iPad o rellenar una hoja de Excel, sin contar con que la tecnología que utilizamos ahora, resultará primitiva y obsoleta en el mundo del mañana”.
Nuestro país se sitúa a la cabeza de Europa en cuanto a índices de fracaso escolar y abandono educativo, conceptos distintos. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al 2015, pero publicados el pasado enero, alardeaban de un ligero descenso de seis puntos en la tasa de abandono educativo temprano. Algo que los expertos atribuyen al paro y a la decisión de seguir con los estudios al no haber trabajo. Aún así, España no solo sigue a la cabeza de la UE en este aspecto, sino que además duplica la media europea. Ésta y otras razones son las que han hecho que muchos padres se replanteen la educación de sus hijos y opten por escuelas alternativas, con programas educativos y planes de estudios heterodoxos, que huyen de la uniformidad, los libros de texto y la división de los alumnos por edades.
El auge de las pedagogías alternativas
Almudena García, madre y programadora informática en Girona, es la creadora del portal Ludus, un directorio de pedagogías alternativas que inició hace año y medio. García sustituyó la impersonal guardería por un grupo de crianza, en el que madres e hijos compartían un espacio de juego libre, y ahora piensa a qué colegio llevará a su hija cuando ésta cumpla los 6 años. “La economía es la que marca le educación”, comenta Almudena, “la escuela tradicional, que todavía tenemos, nace con la época industrial, en la que se demandaban individuos homogéneos, con una cultura y preparación muy similar y aptos para cumplir órdenes y no cuestionarse demasiado las cosas. Con clases en las que el profesor era el único protagonista, basadas en libros de texto y en la capacidad para memorizar determinadas enseñanzas. La pedagogía alternativa propone todo lo contrario, un trabajo basado en proyectos en los que el niño es el autor de su propio aprendizaje”.
Muchas de estas nuevas filosofías educativas florecen en la escuela infantil, lo que antes se llamaba preescolar, pero son menos las que continúan hasta una edad más avanzada, en parte por problemas legales. Según Almudena, “hasta los 6 años la ley no dice nada, pero a partir de esa edad y hasta los 16, la normativa obliga a escolarizar a los niños en un colegio homologado. Homologar un centro educativo requiere de una serie de requisitos que no están al alcance de todos, por razones económicas (polideportivo, cancha de baloncesto, tener un determinado número de váteres, un aula para cada edad o grado…), lo que hace que muchas escuelas no entren en esta categoría. Esto depende de las diversas comunidades autónomas y, la mayor parte de los casos no ocurre nada, pero si hay problemas o inspecciones, los padres son los culpables. Hace poco, los servicios sociales enviaron cartas a los padres de los alumnos de una escuela no homologada, en las que se les instaba a que los pequeños abandonaran el colegio, con la amenaza de retirarle la custodia de sus hijos; ya que tener el niño en un centro no homologado equivale al absentismo escolar. Si hay planes de que el estudiante ‘alternativo’ continúe en el mundo académico, lo que se suele hacer es matricularlo en el último curso de ESO, para que se reincorpore a la educación ortodoxa”.
Alternativas a la vieja escuela
El Tomillar, en Torrelodones, es lo que se denomina una escuela constructivista, y acoge niños hasta los 6 años, pero también una escuela infantil pública de la Comunidad de Madrid. Según Piedad Pozo, directora del centro, “en vez de que el niño se adapte al colegio, aquí pensamos que somos nosotros los que tenemos que adaptarnos al alumno y los profesores son meros mediadores en el proceso de aprendizaje. Aquí no hay libros de texto, ni fichas. No todos los niños trabajan en la misma cosa a la vez y respetamos los tiempos de aprendizaje de cada uno. Tratamos de enseñarles procedimientos en los que irán profundizando a medida que se hagan mayores. Por ejemplo, podemos hablar de los castillos y ellos deben buscar cosas, hacer dibujos, preguntar a sus padres. Empezar a investigar en la medida de sus posibilidades”.
El Bosque Escuela Cerceda, en el municipio de Cerceda, Madrid, renuncia a las aulas para que los niños aprendan en plena naturaleza. Una tendencia que nació en Alemania, donde ya hay más de mil centros de este tipo. Esta escuela admite niños de entre 3 y 6 años y cuesta 387 euros mensuales. Según Philip Bruchner, licenciado en ciencias forestales, educador infantil y director gerente y promotor de la idea, “los planes de estudios son los mismos que en un colegio normal, la diferencia es que aquí las clases son al aire libre y los niños no cargan con libros sino con una pizarra, que llevan en su mochila, además de una cantimplora, el almuerzo y ropa para la lluvia”.
Según Philip apunta, “se ha demostrado que el contacto con el aire fortalece el sistema inmunológico. En Suecia se hizo un estudio que reveló que los niños que pasan más tiempo fuera tienen menos enfermedades y faltan a clase un 8% menos que el resto. Aún así, tenemos una cabaña para los días que hace muy mal tiempo. En un medio natural se fomenta más la fantasía, la creatividad, la concentración y la autonomía a la hora de resolver conflictos”, señala este educador.
Ojo de Agua, en Alicante, más que un colegio es, como a sus miembros les gusta llamarlo, un ‘ambiente educativo’. Nació en 1999 y forma parte de la red de educación democrática. Su principal característica es que los alumnos, de entre 3 y 18 años, eligen las actividades que quieren hacer, en función de sus intereses. Según Javier Herrero, codirector del centro, los niños no solo están interesados en el baloncesto o la música, “las demandas son muy variadas: hacer una revista, idiomas, cursos de supervivencia, pero también nos piden aprender reglas de ortografía, matemáticas, grupos de lectura. Hay actividades más estructuradas para que todos los estudiantes salgan con unos conocimientos básicos y, además, preparamos para los exámenes de acceso a escuelas o a la universidad”. Como casi todos los colegios alternativos, este centro no divide por edades y dedica mucho tiempo a los padres. “Lo que fomentamos, teniendo en cuenta las diferentes individualidades, es la seguridad en uno mismo, la alegría de vivir, la iniciativa, empatía, capacidad de diálogo y escucha”, afirma Herrero. La escuela es privada y cuesta 400 € al mes.
¿Educar para un mundo feliz?
Algo en lo que casi la totalidad de los profesionales de la educación coinciden, es en la urgencia de reformar el sistema educativo español. Estela d’Angelo es psicóloga y pedagoga, además de profesora, dentro del departamento de didáctica y organización escolar, de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. D’Angelo opina que “el sistema se niega a cambiar y obliga a que los alumnos sean los que deben adaptarse a él, cuando lo deseable sería lo contrario”. A grandes rasgos las críticas de esta experta se concentran en una mejor y nueva formación de los profesores; en la necesidad de dejar margen, en el sistema educativo, a la diversidad y en crear otros ambientes de aprendizaje. “Se aprende en interacción y esto es algo aceptado ya en todo el mundo. Sin embargo, la aulas todavía miran para delante, el profesor es el eje central y se trabaja muy poco en equipo”.
Según Estela los propios espacios hablan por si mismos, en un país en el que, desde fuera, los colegios se asemejan a prisiones de máxima seguridad. “En Finlandia, nación que siempre se toma como referencia del ideal educativo, las escuelas se asemejan mucho a las casas, con lugares comunes, que recuerdan a saloncitos, o cocinas donde los propios alumnos recogen y ordenan las cosas. Aquí hay un excesivo control, en aras de la seguridad, que vuelve a los niños muy dependientes. Pero, a veces es un control en cosas sin importancia o más arbitrarias, mientras luego se ven casos de acoso que no han tenido la atención necesaria”.
Por todo lo anterior D’ Angelo comprende el giro de muchos padres hacia la educación alternativa, pero apunta también un riesgo en algunas de estas escuelas, “el hecho de crear situaciones ideales y contextos en los que el alumno es siempre tenido en cuenta, respetado y donde se aceptan siempre sus gustos. A veces, algunos centros actúan como invernaderos, que aíslan a los chicos del mundo exterior y les brindan un ecosistema ideal, pero la vida real no es así y puede que cuando salgan registren un choque importante”, puntualiza esta pedagoga.
En lugares como California proliferan cada vez más los colegios sin tecnología. En España, con nuestro cuestionado sistema educativo, muchos padres también optan por métodos alternativos.
Rita Abundancia - El País
Sin ordenadores ni wifi: así son los colegios que triunfan en Silicon Valley
¿Tiene sentido enseñarles una tecnología que estará obsoleta en 10 años? Foto: Corbis
Los gurús de Silicon Valley, los cerebros detrás de Apple, Google, Yahoo o Hewlett-Packard, los que inundan el mundo con nuevos softwares y aplicaciones, envían a sus hijos a escuelas en las que los ordenadores brillan por su ausencia y el material escolar se parece más al de una comunidad Amish que al de una oficina en el laboratorio tecnológico de ideas más grande del mundo. Los mismos que diseñan tablets, juegos interactivos y programas informáticos para niños, eligen una infancia sin pantallas para sus retoños, en escuelas alternativas, libres de wifi.
La Waldorf School de Península, en California, es uno de los centros que concentran más hijos de la tecnología, con una pedagogía que apuesta por la experimentación en el mundo real, una vuelta al papel y al lápiz y un énfasis en fomentar la creatividad, curiosidad y habilidades artísticas innatas en los más pequeños. De hecho, muchos empiezan a cuestionarse el papel de la informática en las aulas. Como apuntaba The Guardian en un artículo al respecto, la Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), sugiere en un informe global que los sistemas de educación que han invertido mucho en ordenadores han registrado una “insignificante mejora” en sus resultados de lectura, matemáticas y ciencias, en los test del Programme for International Student Assessment (PISA); mientras, en palabras del director de educación de la OECD, Andreas Schleicher, “los mejores sistemas educativos, han sido muy cautos a la hora de usar tecnología en las aulas”.
Beverly Amico, líder de la asociación de escuelas Waldorf de Norteamérica, comentaba al mismo periódico que “sus centros enseñan a los alumnos las nuevas formas de pensar que muchos empresarios demandan” y añadía que “los estudiantes criados con tecnología acusan a menudo poca disposición para pensar de forma distinta y resolver problemas. Habilidades como tomar decisiones, la creatividad o la concentración son mucho más importantes que saber manejar un iPad o rellenar una hoja de Excel, sin contar con que la tecnología que utilizamos ahora, resultará primitiva y obsoleta en el mundo del mañana”.
Nuestro país se sitúa a la cabeza de Europa en cuanto a índices de fracaso escolar y abandono educativo, conceptos distintos. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al 2015, pero publicados el pasado enero, alardeaban de un ligero descenso de seis puntos en la tasa de abandono educativo temprano. Algo que los expertos atribuyen al paro y a la decisión de seguir con los estudios al no haber trabajo. Aún así, España no solo sigue a la cabeza de la UE en este aspecto, sino que además duplica la media europea. Ésta y otras razones son las que han hecho que muchos padres se replanteen la educación de sus hijos y opten por escuelas alternativas, con programas educativos y planes de estudios heterodoxos, que huyen de la uniformidad, los libros de texto y la división de los alumnos por edades.
El auge de las pedagogías alternativas
Almudena García, madre y programadora informática en Girona, es la creadora del portal Ludus, un directorio de pedagogías alternativas que inició hace año y medio. García sustituyó la impersonal guardería por un grupo de crianza, en el que madres e hijos compartían un espacio de juego libre, y ahora piensa a qué colegio llevará a su hija cuando ésta cumpla los 6 años. “La economía es la que marca le educación”, comenta Almudena, “la escuela tradicional, que todavía tenemos, nace con la época industrial, en la que se demandaban individuos homogéneos, con una cultura y preparación muy similar y aptos para cumplir órdenes y no cuestionarse demasiado las cosas. Con clases en las que el profesor era el único protagonista, basadas en libros de texto y en la capacidad para memorizar determinadas enseñanzas. La pedagogía alternativa propone todo lo contrario, un trabajo basado en proyectos en los que el niño es el autor de su propio aprendizaje”.
Muchas de estas nuevas filosofías educativas florecen en la escuela infantil, lo que antes se llamaba preescolar, pero son menos las que continúan hasta una edad más avanzada, en parte por problemas legales. Según Almudena, “hasta los 6 años la ley no dice nada, pero a partir de esa edad y hasta los 16, la normativa obliga a escolarizar a los niños en un colegio homologado. Homologar un centro educativo requiere de una serie de requisitos que no están al alcance de todos, por razones económicas (polideportivo, cancha de baloncesto, tener un determinado número de váteres, un aula para cada edad o grado…), lo que hace que muchas escuelas no entren en esta categoría. Esto depende de las diversas comunidades autónomas y, la mayor parte de los casos no ocurre nada, pero si hay problemas o inspecciones, los padres son los culpables. Hace poco, los servicios sociales enviaron cartas a los padres de los alumnos de una escuela no homologada, en las que se les instaba a que los pequeños abandonaran el colegio, con la amenaza de retirarle la custodia de sus hijos; ya que tener el niño en un centro no homologado equivale al absentismo escolar. Si hay planes de que el estudiante ‘alternativo’ continúe en el mundo académico, lo que se suele hacer es matricularlo en el último curso de ESO, para que se reincorpore a la educación ortodoxa”.
Alternativas a la vieja escuela
El Tomillar, en Torrelodones, es lo que se denomina una escuela constructivista, y acoge niños hasta los 6 años, pero también una escuela infantil pública de la Comunidad de Madrid. Según Piedad Pozo, directora del centro, “en vez de que el niño se adapte al colegio, aquí pensamos que somos nosotros los que tenemos que adaptarnos al alumno y los profesores son meros mediadores en el proceso de aprendizaje. Aquí no hay libros de texto, ni fichas. No todos los niños trabajan en la misma cosa a la vez y respetamos los tiempos de aprendizaje de cada uno. Tratamos de enseñarles procedimientos en los que irán profundizando a medida que se hagan mayores. Por ejemplo, podemos hablar de los castillos y ellos deben buscar cosas, hacer dibujos, preguntar a sus padres. Empezar a investigar en la medida de sus posibilidades”.
El Bosque Escuela Cerceda, en el municipio de Cerceda, Madrid, renuncia a las aulas para que los niños aprendan en plena naturaleza. Una tendencia que nació en Alemania, donde ya hay más de mil centros de este tipo. Esta escuela admite niños de entre 3 y 6 años y cuesta 387 euros mensuales. Según Philip Bruchner, licenciado en ciencias forestales, educador infantil y director gerente y promotor de la idea, “los planes de estudios son los mismos que en un colegio normal, la diferencia es que aquí las clases son al aire libre y los niños no cargan con libros sino con una pizarra, que llevan en su mochila, además de una cantimplora, el almuerzo y ropa para la lluvia”.
Según Philip apunta, “se ha demostrado que el contacto con el aire fortalece el sistema inmunológico. En Suecia se hizo un estudio que reveló que los niños que pasan más tiempo fuera tienen menos enfermedades y faltan a clase un 8% menos que el resto. Aún así, tenemos una cabaña para los días que hace muy mal tiempo. En un medio natural se fomenta más la fantasía, la creatividad, la concentración y la autonomía a la hora de resolver conflictos”, señala este educador.
Ojo de Agua, en Alicante, más que un colegio es, como a sus miembros les gusta llamarlo, un ‘ambiente educativo’. Nació en 1999 y forma parte de la red de educación democrática. Su principal característica es que los alumnos, de entre 3 y 18 años, eligen las actividades que quieren hacer, en función de sus intereses. Según Javier Herrero, codirector del centro, los niños no solo están interesados en el baloncesto o la música, “las demandas son muy variadas: hacer una revista, idiomas, cursos de supervivencia, pero también nos piden aprender reglas de ortografía, matemáticas, grupos de lectura. Hay actividades más estructuradas para que todos los estudiantes salgan con unos conocimientos básicos y, además, preparamos para los exámenes de acceso a escuelas o a la universidad”. Como casi todos los colegios alternativos, este centro no divide por edades y dedica mucho tiempo a los padres. “Lo que fomentamos, teniendo en cuenta las diferentes individualidades, es la seguridad en uno mismo, la alegría de vivir, la iniciativa, empatía, capacidad de diálogo y escucha”, afirma Herrero. La escuela es privada y cuesta 400 € al mes.
¿Educar para un mundo feliz?
Algo en lo que casi la totalidad de los profesionales de la educación coinciden, es en la urgencia de reformar el sistema educativo español. Estela d’Angelo es psicóloga y pedagoga, además de profesora, dentro del departamento de didáctica y organización escolar, de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. D’Angelo opina que “el sistema se niega a cambiar y obliga a que los alumnos sean los que deben adaptarse a él, cuando lo deseable sería lo contrario”. A grandes rasgos las críticas de esta experta se concentran en una mejor y nueva formación de los profesores; en la necesidad de dejar margen, en el sistema educativo, a la diversidad y en crear otros ambientes de aprendizaje. “Se aprende en interacción y esto es algo aceptado ya en todo el mundo. Sin embargo, la aulas todavía miran para delante, el profesor es el eje central y se trabaja muy poco en equipo”.
Según Estela los propios espacios hablan por si mismos, en un país en el que, desde fuera, los colegios se asemejan a prisiones de máxima seguridad. “En Finlandia, nación que siempre se toma como referencia del ideal educativo, las escuelas se asemejan mucho a las casas, con lugares comunes, que recuerdan a saloncitos, o cocinas donde los propios alumnos recogen y ordenan las cosas. Aquí hay un excesivo control, en aras de la seguridad, que vuelve a los niños muy dependientes. Pero, a veces es un control en cosas sin importancia o más arbitrarias, mientras luego se ven casos de acoso que no han tenido la atención necesaria”.
Por todo lo anterior D’ Angelo comprende el giro de muchos padres hacia la educación alternativa, pero apunta también un riesgo en algunas de estas escuelas, “el hecho de crear situaciones ideales y contextos en los que el alumno es siempre tenido en cuenta, respetado y donde se aceptan siempre sus gustos. A veces, algunos centros actúan como invernaderos, que aíslan a los chicos del mundo exterior y les brindan un ecosistema ideal, pero la vida real no es así y puede que cuando salgan registren un choque importante”, puntualiza esta pedagoga.