viernes, 19 de septiembre de 2014

Cinco predicciones que fallaron de los smartphones




Cinco predicciones que fallaron en el mundo de los "smartphones"
El cofundador fallecido de Apple, Steve Jobs, se equivocó cuando predijo que nadie compraría teléfonos móviles de pantallas grandes




El cofundador fallecido de Apple, Steve Jobs, se equivocó cuando predijo que nadie compraría teléfonos de pantallas grandes. Este viernes, su propia empresa decidió incursionar en ese mercado para ganar consumidores.
Jobs no fue el único en hacer algo por el estilo. Varios gurús de la tecnología fallaron, como el propio Bill Gates, quien dijo alguna vez que 640 KB de memoria debería ser suficiente para cualquier persona.
En el mundo de los móviles hubo grandes fallas en ese sentido. A continuación, algunas:

"El iPhone no tiene opción"

En 2007, antes de convertirse en el CEO de Microsoft, Steve Ballmer, lanzó esta afirmación delante de las cámaras: "¡500 dólares!", gritó entre risas, en referencia al iPhone.
El ejecutivo no sólo criticó el precio del teléfono, sino que dijo que los hombres de negocios no querrían un teléfono sin teclado.

"Apple ya está muerto"

En 1997 Apple iba mal, al borde del colapso. Si en la década del 80 había sido el rey de las computadoras personales, en la década del 90 la empresa vio cómo su participación en el mercado se iba a pique hasta llegar apenas al 4%.
Sus acciones, que costaban 70 dólares a inicios de la década, habían caído hasta los 14 dólares.
En ese contexto, esa frase del ex director de Tecnología de Microsoft, Nathan Myhrvold, podía sonar a una verdad a gritos, pero no contó con el regreso de Jobs, el visionario que puso nuevamente a Apple en la cresta de la ola.

"En los próximos dos meses, Sony comprará Apple"

A propósito de esta época oscura de Apple cuando todo sonaba a crisis, uno de los ex vicepresidentes de la compañía señaló que la empresa sería puesta en venta.
Gaston Bastiaens lo dijo cuando ya no ostentaba el cargo en la compañía con sede en la ciudad californiana de Cupertino.

"La gente quiere tener su música"

Jobs había lanzado iTunes en 2003 y para el 2007 el "streaming" de música parecía ser un mercado prometedor.
El cofundador de Apple lanzó la frase al defender iTunes y aseguró que el modelo de suscripción había fallado y que no era "solvente".
Hoy estos servicios dominan un mercado en el que la misma Apple ha tenido que entrar.

"Windows Phone será el segundo en el mercado en 2015"

IDC, una de las firmas de análisis de mercado más prestigiosas, lanzó esta temeraria afirmación en 2011.
Pasaron tres años y habría que ver un milagro para que esto ocurra.

iProfesional

domingo, 14 de septiembre de 2014

Las compras en la era del Big Data

Comprar en la era de Big Data
El procesamiento de datos por parte de las empresas revoluciona el consumo
GUILLERMO ALTARES - El País


Las compañías manejan grandes cantidades de datos. / DANIEL SAMBRAUS (GETTY )

En el siglo XXI, los compradores no recordarán la primera vez que su padre les llevó a conocer el hielo, sino la primera vez que Internet se adelantó y adivinó sus deseos y gustos. La capacidad para procesar cantidades ingentes de datos, lo que se conoce como Big Data, sumada a la información que ofrecemos voluntariamente y a las huellas que vamos dejando en Internet sin ser conscientes de ello, está revolucionando el consumo. El momento cumbre de este profundo cambio se produjo cuando un supermercado estadounidense de la cadena Target fue capaz de detectar que una adolescente estaba embarazada antes que sus padres con un algoritmo que estudiaba sus hábitos de compra. Gracias a métodos parecidos, a través del wifi o del móvil, se pueden estudiar los movimientos dentro de un centro comercial y aplicar a las ventas las conclusiones estadísticas (¿Qué parte recibe más visitas? ¿Cuánto tiempo se queda la gente dentro de las tiendas? son preguntas que tienen respuestas precisas).

Nuestro ADN digital es una mina de información a la que nadie quiere renunciar. Según un reciente estudio del Supervisor Europeo de Protección de Datos (EDPS), un 57% de los negocios de la UE utilizan ya algún sistema para procesar los datos que generan los 369 millones de internautas europeos. Pero el cambio no se ha producido solo en Internet sino también en el mundo de las compras reales.

La frontera legal está en que el consentimiento del consumidor y en que se trabaje con estadísticas para trazar patrones, no con información personal, entendida como “datos que permitan identificar a alguien sin esfuerzo”, en palabras de la Agencia Española de Protección de Datos. La agencia francesa, CNIL, pone el siguiente ejemplo: “La utilización del perfil de un consumidor, establecido a partir de sus datos, no debe conducir a privarle de un derecho. Por ejemplo, un internauta que pide un crédito por internet no puede recibir una respuesta negativa por el solo hecho de haber visitado anteriormente una página de apuestas online o un sitio sobre una enfermedad”.

La capacidad para hilar fino es enorme: una agencia de viajes estadounidense, Orbitz, decidió ofrecer resultados diferentes si la búsqueda se realizaba desde un PC o un Macintosh después de que descubriese que los usuarios de Apple solían gastarse un 30% en sus compras, según reveló The Wall Street Journal. Gracias a las cookies –minas para recoger información desde el ordenador– se pueden conseguir muchos datos como, por ejemplo, saber qué página web se ha visitado antes.

No se trata solo del mundo que imaginaron George Orwell o Philip K. Dick en el que el Gran Hermano nos vigila. Big Data ofrece muchas ventajas para las empresas, pero también para los consumidores. Por ejemplo: antes de ser autorizado, cualquier movimiento de una tarjeta de crédito española es estudiado en milésimas de segundo para ver si hay algo raro basándose en patrones de compra anteriores, gracias a un programa creado por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento. O Google ha sido capaz de detectar epidemias de gripe antes que los hospitales gracias al proceso de los datos de búsqueda.

Pero sí hay aspectos que, sin duda, resultan por lo menos inquietantes. El profesor del Oxford Internet Institute, Viktor Mayer-Schönberger, que acaba de publicar junto a Kenneth Cukier, experto en datos de The Economist, Big data. A revolution that will transform how we live, work and think, asegura en una entrevista por correo electrónico que lo que más le ha chocado en sus investigaciones fue descubrir “que se puede saber si un individuo va a tomar o no su medicina de forma ordenada basándose en datos disponibles públicamente”. “Esto lleva a algunos hospitales estadounidenses a decidir si sus pacientes deben permanecer más o menos tiempo internados”. Esa técnica ha sido creada por FICO, la empresa responsable del índice más influyente en EEUU para medir la solvencia crediticia de los ciudadanos y se llama Medication Adherence Score. El índice se consigue cruzando datos anónimos de unos 600.000 pacientes de diabetes, asma o corazón con otros públicos de crédito o laborales para establecer patrones, aunque se hace sin su consentimiento o conocimiento. Atribuye a los pacientes una nota de 0 a 500, de la que luego se sirven compañías de seguros y hospitales. “El problema, desde un punto de vista matemático, no es muy diferente de los bancos o los créditos”, dijo a The New York Times el presidente de Fico, Mark Greene.

Agencias de viajes


Muchísimas páginas de consumidores advierten de que algunas compañías aéreas tienen en cuenta la IP (el número que proporciona una red de internet) desde la que se realiza la búsqueda de un viaje, el llamado IP Tracking. La acusación mantiene que, cuando se producen varias visitas desde una misma IP para buscar un destino, los precios suben para que el consumidor sienta la urgencia de comprar. El Parlamento Europeo preguntó el año pasado a la Comisión si esto ocurría y si era legal. La respuesta fue que las autoridades de cada país eran competentes, pero que debían tratar la IP como una información personal. La agencia de protección de datos francesa realizó un estudio conjunto con la dirección general de lucha contra el fraude a los consumidores sobre el asunto cuyos resultados fueron difundidos este año. “No encontramos pruebas de esa práctica, aunque eso no significa que no exista”, explica Matthias Moulin, director adjunto del CNIL. En la investigación trabajaron mano a mano un jurista y un informático y encontraron que los cambios de tarifa dependen de estudios realizados con Big Data sobre el índice de ocupación de los aviones o de la hora a la que se efectúa la búsqueda (mejor de madrugada), pero también se encontraron con una sorpresa. “Gracias a una cookie, una compañía aérea ofrecía tarifas diferentes cuando el internauta había visitado antes una página comparativa de billetes de avión”, asegura Moulin, quien no puede decir de que compañía se trata ya que es un caso que estudia todavía competencia.

Centros comerciales


“¿Por qué muchos centros comerciales regalan el WIFI?”, pregunta Esteban Moro, profesor de la Universidad Carlos III y consultor en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento. “Para saber qué áreas son más visitadas, cómo te mueves por el centro, qué tiendas reciben más clientes”, explica. Moro asegura que las tarjetas de fidelización, un campo en el que España fue pionera con Travelcard, son el más claro precedente del actual estudio de las costumbres de los consumidores. Este verano, la agencia francesa de protección de datos publicó su opinión sobre una innovadora técnica “para medir las visitas a centros comerciales”. El sistema consiste en colocar receptores de las señales que emiten los teléfonos móviles (dirección MAC de la tarjeta SIM), calcular así la posición de las personas y trazar estadísticas. La condición que puso la agencia es que lo que ocurre en el centro comercial se quede en el centro comercial: que los datos se borren cuando salga el cliente y que nunca se utilice su identidad para ofrecerle ofertas personalizadas según sus patrones de compra.

Transportes públicos


Los transportes públicos urbanos eran casi sinónimo de anonimato, de verse engullido por la masa. Hasta ahora. La nueva tarjeta de transporte público de Madrid, que ya utilizan ciudades como París o Londres, ofrece numerosos datos del viajero aunque, como aclara Dionisio González, director de Planificación Estratégica del Consorcio de Transportes, “no es posible saber la información precisa de una tarjeta determinada, salvo que lo pida un juez”. “Están encriptados y no los cruzamos. Sabemos por dónde se mueve una tarjeta pero no a quien pertenece”, explica González. Otros lugares han ido más lejos. Ahora mismo el 70% de los usuarios madrileños utilizan las nuevas tarjetas (1,6 millones en total) y en el futuro, cuando se puedan cargar en ellas los billetes sencillos y los de diez viajes, serán casi el 100%. Eso permite al Consorcio de Transportes medir los movimientos en tiempo real y ajustar mucho más el servicio. Otros lugares, como París, borran los datos de los viajeros a las 48 horas para respetar totalmente su anonimato.

Anuncios que observan


La Agencia Española de Protección de Datos ha recibido dos consultas similares sobre la captación de datos a través de la biometría (la identificación informática de rostros). En ambos casos el sistema es muy parecido: un dispositivo capta las reacciones y los movimientos del público, utilizando mecanismos de detección facial para determinar la edad o el género, y luego procesa toda esa información para realizar estudios de audiencias. En caso se trata de una cámara en un anuncio y en otro de varias cámaras en una tienda. Ambos desataban numerosas cuestiones relativas a la privacidad —¿Se suprimen los datos después de su uso? ¿Para qué se utilizan? ¿Hay consentimiento? ¿Está el público informado?—pero sobre todo remiten en un mundo que empieza a parecer sospechosamente cercano a Minory report.

Supermercados


La hazaña de Target al detectar el embarazo de una adolescente por los cambios en sus hábitos de compra –un caso revelado por el premio Pulitzer Charles Duhigg en su libro The power of habit– se ha convertido en la piedra filosofal del manejo de datos aunque algunos expertos, como Esteban Moro, aseguran que también tiene algo de mito, que los algoritmos acertaron en esa ocasión pero que seguramente también fracasaron también en otros casos. Aparte del uso generalizado de tarjetas de fidelización y de la oferta de cupones ofreciendo descuentos no solo en los productos que se compran habitualmente sino en los que se podrían comprar, los supermercados utilizan todo tipo de trucos para extraer datos de los consumidores. Esteban Moro explica el sistema llamado Scan & Go, que utilizan algunos supermercados, también en España. Algunos clientes van con un carrito de la compra especial dotado de un lector de códigos de barras, escanean ellos mismos los productos y pagan automáticamente, sin pasar por caja (pueden ser sometidos a un control aleatorio para comprobar que han pagado todo lo que llevan la cesta). Aparte de ahorrarse colas y ganar tiempo (bueno para el cliente), el sistema ofrece una enorme ventaja al comercio: saber en qué orden hacen la compra sus clientes, una información muy valiosa a la hora de ordenar los productos.



“Saber mucho acerca de un potencial comprador no es nuevo. Todos los buenos vendedores saben mucho de sus clientes”, señala Viktor Mayer-Schönberger para explicar que Big Date ofrece respuestas nuevas a viejos problemas comerciales. “Si alguien entra en una tienda para comprarse unos zapatos no quiere ver mil, quiere ver aquellos que le vayan a gustar. Los economistas llaman a esto una reducción drástica de los costes de búsqueda. Es lo que siempre se dice dentro de Amazon: la mejor recomendación de productos es una sola: aquella que el cliente compra. Y tiene sentido tratar de conseguirlo utilizando los datos”.

viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Por qué Silicon Valley seguirá guiando la economía?

Por qué Silicon Valley seguirá dominando la economía de la tecnología


Silicon Valley, en especial su ala de San Francisco, es más rico y poderoso que nunca

Sin embargo hay murmullos crecientes —puestos de manifiesto por el estancamiento de cifras de nuevos empleos y los precios de las viviendas en el área, protestas callejeras en San Francisco por los nuevos &"plutócratas&", la falta de productos nuevos que entusiasmen y una caída de inversiones en etapas iniciales— sobre que Silicon Valley finalmente tocó su techo y comenzó su descenso hacia la irrelevancia.
¿Descenso? Quizás. Silicon Valley siempre se caracterizó por un ciclo de auge y crisis de cuatro años, y la industria de electrónicos ya superó ese lapso sin crisis. Sin embargo, hay muy buenos motivos para creer que no sólo Silicon Valley regresará más grande y fuerte que nunca, sino que consolidará aún más su posición frente a todos sus contendientes como la capital mundial de la alta tecnología. Estas son las razones.
*El éxito genera éxito. Un importante reporte que está siendo preparado por el Proyecto de Competitividad e Innovación de Silicon Valley descubrió que el dominio de la región aún es decisivo y sigue creciendo. Mientras hace una década los varios centros tecnológicos de Estados Unidos mostraron un balance relativo para crear empresas de alto valor, Silicon Valley (incluyendo a San Francisco) ha dado un salto. El trabajador promedio de Silicon Valley generó 50% más de producción por año que el trabajador promedio en EE.UU. en 2012, según Collaborative Economics Inc.
*La larga ola. La mayoría de los observadores aprecian el ciclo de cuatro años de Silicon Valley, pero pocos han notado un ciclo mucho más largo, de 20 años, en el rubro de electrónicos. Durante casi dos décadas desde el comienzo del auge de las empresas punto com, Silicon Valley ha sido dominado por el software. Vivimos en la Era del Código, y con ella la gestalt del programador. Esta persona es joven, soltera, urbana, visionaria y utópica: el chico de fraternidad universitaria convertido en magnate. Pero esa era está llegando a su fin, conforme un ciclo de hardware comienza a consolidarse en la forma de relojes, dispositivos para llevar sobre el cuerpo, salud móvil, autos autónomos, drones, impresión 3-D y una revolución en los sensores, todos enlazados por la Internet de las Cosas.
Estamos ingresando a la Era de los Aparatos. Será encabezada por diseñadores: de más edad, con una familia, suburbanos y pragmáticos. Sin dudas esto resultará en un Silicon Valley más parecido a las eras de la calculadora o la PC en su estilo, su gente y sus actitudes, y un alejamiento de los titanes de las redes sociales, contra los que surgen cada vez más protestas.
Este cambio ya está en marcha. El epicentro de Silicon Valley siempre se ha desplazado. Con el regreso al hardware, ahora está preparando un regreso a donde comenzó hace 75 años: a Mountain View ( Google GOOGL +0.99% Glass, vehículos autónomos), Palo Alto (Tesla, Theranos) y Cupertino (la nueva sede central de Apple). Incluso los 49ers de San Francisco se mudaron a un estadio de alta tecnología en Santa Clara. De regreso al Valley tradicional, y a las actitudes tradicionales.
*Población. Aunque Silicon Valley es una de las comunidades más multiculturales en Estados Unidos, la composición de esas comunidades es aún más importante. Es dos veces más probable que el inmigrante del Valley tenga un título universitario frente al inmigrante promedio en EE.UU. A diferencia de los otros centros tecnológicos, el influjo neto de estos inmigrantes sigue aumentando con rapidez. Si el pasado es un precedente, esto acelerará la creación de nuevas empresas y la solicitud de patentes (6% de todas las patentes solicitadas en EE.UU. incluyen el nombre de al menos un trabajador del Valley). Hay buenas posibilidades de que en una década la &"cara&" de Silicon Valley sea una presidenta ejecutiva india.
*Infraestructura. Silicon Valley aún no tiene par en ingenieros experimentados, incubadoras, reclutadores, contratistas y empresas de servicios para dar apoyo a los emprendedores. Las grandes universidades —Stanford, Berkeley, Santa Clara, UCSF Medical— sólo se volvieron más grandes, y son apoyadas por muchas otras universidades e instituciones educativas.
Quizás sea más interesante para el futuro que los últimos años han sido testigos de la llegada de laboratorios de investigación y diseño de empresas como BMWBMW.XE -0.02% y Mercedes, Samsung y Nissan, e incluso General Electric.GE -0.56% Es más, este sigue siendo el centro mundial de la inversión de riesgo: las inversiones de riesgo totales en Silicon Valley (incluyendo a San Francisco) este año superaron al resto de EE.UU. combinado, según la firma de análisis de inversión CB Insights.
Silicon Valley aún enfrenta desafíos serios. Aunque quizás no sucumba a sus problemas de tráfico y costo de vida, quizás pronto se vea obligado a expandirse. La industria tecnológica de San Francisco ya está cruzando la Bahía hacia Oakland, mientras el resto del Valle se extiende hacia la Bahía Este y más allá, hacia las ciudades de Tracy (donde Amazon estableció una planta) y Stockton, en el Valle de San Joaquín. Es una muestra de lo que vendrá.
Es posible imaginar un &"Gran Silicon Valley&" en 2050 que se extienda sobre un área mucho mayor. Pero eso requerirá un profundo replanteo del sistema de transporte del estado de California.
El Proyecto de Competitividad e Innovación descubrió un enorme agujero en Silicon Valley: el dinero para becas de investigación, donde el Valley está rezagado frente a casi todas las demás regiones tecnológicas. Silicon Valley siempre evitó el dinero del gobierno, habitualmente por un buen motivo. Pero incluso eso debería tener que cambiar ya que no puede esperar que los grandes proyectos de ciencia respaldados por el gobierno, que ahora se desarrollan en otros lugares, impulsen su futuro. Necesita esas iniciativas, y el talento que atraen, más cerca suyo. Los condados en la periferia de Silicon Valley podrían ser los lugares perfectos para esos grandes laboratorios y centros de investigación.
Finalmente, Silicon Valley necesita un &"alcalde&" de facto, la persona que represente sus amplios intereses, y no los de una empresa, industria o grupo en particular. Listo para para reinventarse a sí mismo una vez más y volver a liderar la economía global, Silicon Valley necesita otro líder para enfrentar los grandes cambios por venir.
Malone escribe a menudo para The Wall Street Journal sobre tecnología. Su libro más reciente es &"The Intel Trinity: How Robert Noyce, Gordon Moore and Andrew Grove Built the World’s Most Important Company&" (HarperBusiness, 2014).
Fuente: lat.wsj.com

Economía Para Todos

martes, 2 de septiembre de 2014

El valor de las marcas

¿Para qué están las marcas? 

Las marcas son los activos más valiosos que muchas empresas poseen. Pero nadie está de acuerdo en lo mucho que vale la pena o por qué 

Valores de las marcas - The Economist

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