Esta sección refleja noticias de la industria que merecen destacarse para conocer el ámbito actual y proyectado de la industria del software en Argentina y en el Mundo.
La Ciencia De Fijar Precios Al Software
Fijar precios no es una ciencia exacta, pero tampoco es magia – es influenciada por percepción que se tenga de su software, las condiciones del mercado y su valor. ¿Entonces cuál es el proceso de encontrar el precio ganador?
Marketing de software
El blog tiene entradas referidas al marketing de productos y servicios de software.
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El tiempo dedicado a la lectura de noticias en periódicos impresos y en tabletas es el mismo. Por primera vez, en países como Alemania, Francia o Estados Unidos el porcentaje de público que lee información de actualidad en papel es igual al que consume estas noticias en sus tablets.
Estos son los datos arrojados por el último informe World Press Trends, una de las fuentes más importantes en la medición del mercado de los periódicos en todo el mundo. Este documento, además, indica que si bien la circulación de periódicos ha caído casi un 1% durante 2012, más de la mitad de la población adulta mundial lee diariamente el periódico. De ellos, 2.500 millones lo hacen de forma impresa, mientras que 600 millones accede a ellos a través de dispositivos digitales.
Por su parte, la inversión publicitaria ha decrecido un 2% en todo el mundo durante el año pasado, lo que supone una caída del 22% desde 2008. En lo que respecta a la publicidad impresa, en los últimos cinco años, Europa Occidental ha sufrido un descenso del 23.3% de la inversión, frente al 42% de Estados Unidos. Este es uno de los motivos por los que muchos medios han decidido cobrar por el visionado de sus contenidos incluso en las versiones digitales de sus publicaciones.
El informe indica que “el mayor reto para los medios de comunicación aún es encontrar la forma de aumentar la fidelización de las audiencias en plataformas digitales”, lo que se debe a que el consumo de periódicos digitales es todavía ínfimo en comparación con el consumo total de contenido a través de Internet.
Las compañías tecnológicas buscan resistir el avance del espionaje digital
Google, Facebook y Microsoft, entre otras, intentan evitar los pedidos de información de la Agencia de Seguridad Nacional, a pesar de las pocas opciones legales que cuentan ante la iniciativa conocida como Prism. La Nación
Una vista del centro de copias de seguridad de un centro de datos de Google en Berkeley, California. Foto: AP
Google, Facebook y Microsoft , entre otras compañías tecnológicas, quieren resistirse a las demandas de Estados Unidos de entregar datos sobre consumidores para investigaciones de inteligencia, pero cuentan con pocas opciones legales debido al carácter reservado de este tipo de investigaciones y al proceso judicial desarrollado en secreto.
El programa de espionaje digital conocido como Prism ha involucado a muchas de ellas como las principales fuentes de datos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), y las compañías han desmentido de manera uniforme que tuvieran conocimiento de la iniciativa y han dicho que no dieron acceso directo a sus servidores a la NSA, responsables de Estados Unidos han confirmado la existencia del programa.
El programa se basa en la sección 702 de la versión modificada de 2008 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA), que permite al Gobierno recopilar comunicaciones electrónicas con el objetivo de adquirir inteligencia sobre objetivos no estadounidenses que supongan una amenaza para la seguridad nacional. Prism ha sido calificado por el presidente Barack Obama como "una modesta intrusión" en la privacidad, que era necesaria para proteger la seguridad nacional .
Para los proveedores de servicios electrónicos, la ley dice que el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera en Washington puede autorizar a la compañía a proporcionar "toda la información, servicios o asistencia necesaria". En contrapartida al cumplimiento, la compañía es compensada por su trabajo y recibe inmunidad frente a posibles demandas.
La modificación de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera "es una gran herramienta para conseguir información que están buscando", dijo Matt Zimmerman, abogado de la fundación Electronic Frontier , un grupo defensor de las libertades civiles crítico con la ley
La sección 702 es "una gran herramienta para conseguir información que están buscando", dijo Matt Zimmerman, abogado de la fundaciónElectronic Frontier , un grupo de San Francisco defensor de las libertades civiles crítico con la ley, citado por la agencia Reuters.
El Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera aprueba casi unánimemente las peticiones de la NSA relativas a la FISA, según documentos del Departamento de Justicia. En 2012, el tribunal recibió 1856 solicitudes de vigilancia electrónica y búsquedas físicas. Se aprobaron todas menos una, que el Gobierno retiró antes de que el tribunal pudiera pronunciarse.
Todos los casos judiciales se mantienen en secreto, incluyendo los fallos, y no se dan detalles a las compañías sobre las investigaciones para las que se les ha pedido información, dijeron expertos legales familiarizados con el proceso. Esto fomenta el cumplimiento en un momento en el que los abogados corporativos no quieren entorpecer investigaciones que podrían ayudar a evitar ataques terroristas, por ejemplo.
Cualquier empresa que se oponga a la orden de un juez puede recurrir ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, pero no hay datos públicos sobre si alguna vez se ha dado el caso. La ley permite más apelaciones ante este mismo tribunal y en última instancia ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
"Es posible que haya habido demandas, pero si es así, siguen siendo secretas", dijo Alex Abdo, abogado de la Unión de Libertades Civiles de EEUU, que trató sin éxito de modificar la ley de 2008 como inconstitucional.
Aunque el Departamento de Justicia está obligado a informar al Congreso cada año del número de solicitudes que realiza el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, un portavoz del departamento dijo que no tenía conocimiento de ninguna obligación para divulgar el número de casos que las compañías llevan a los tribunales.
SECRETOS DE ESTADO
La divulgación esta semana de los amplios programas secretos de vigilancia por correo electrónico y teléfono de la NSA -en los que están involucrados compañías de Internet y de telecomunicaciones estadounidenses- ha provocado que los altos ejecutivos de Silicon Valley pidan una mayor transparencia.
"Entendemos que Estados Unidos y otros gobiernos necesiten tomar medidas para proteger la seguridad de sus ciudadanos, incluyendo en ocasiones el uso de vigilancia", dijeron el CEO de Google, Larry Page, y su consejero legal David Drummond en un comunicado conjunto. "Sin embargo, el nivel de discreción en torno a los actuales procesos legales debilita las libertades que todos deseamos", declararon los ejecutivos .
Empresas tecnológicas, entre las que se incluyen Apple , Yahoo!, Skype de Microsoft, AOL y PalTalk, dijeron que no conocían el proyecto Prism hasta el momento. Antiguos analistas de inteligencia dijeron que era probable porque la NSA sólo utilizó ese nombre a nivel interno.
"El nivel de discreción en torno a los actuales procesos legales debilita las libertades que todos deseamos", dijeron el CEO de Google, Larry Page, y su consejero legal David Drummond
Por su parte, el Washington Post fue el primero en informar de que Prism contaba con la cooperación voluntaria de compañías, pero más tarde escribió que se les había pedido que cumplieran con las peticiones de ayuda de Justicia.
El Post informó en un primer momento de que las empresas dieron acceso a sus servidores a los funcionarios, pero después citó un memorándum confidencial afirmando que los analistas podían realizar consultas a los equipos instalados en las firmas.
A su vez, The New York Times informó de que el equipo había estado negociando enérgicamente con las compañías.
"Históricamente sabes de estas asociaciones y la inteligencia ha estado haciendo cosas de este tipo durante mucho tiempo", dijo el antiguo analista de la NSA Ron Gula, ahora consejero delegado de Tenable Network Security. "Lo que ha cambiado es el volumen", agregó el especialista.
"Históricamente sabes de estasasociaciones y la inteligencia ha estado haciendo cosas de este tipo durante mucho tiempo", dijo el antiguo analista de la NSA Ron Gula, ahora consejero delegado de Tenable Network Security
El alcance de este cambio en cuanto a volumen sigue sin conocerse. Aunque los ejecutivos de compañías tecnológicas desmienten con rotundidad el manejo de solicitudes al por mayor, las consultas mecánicas de las agencias todavía pueden producir grandes cantidades de datos.
Google y Twitter, que es el gran ausente de las diapositivas de la NSA sobre Prism que fueron publicadas por el Washington Post, han acudido a los tribunales para oponerse a algunas otras peticiones de datos sobre sus usuarios.
Grupos de libertades civiles que han demandado al gobierno por programas sospechosos de grabar llamadas y escuchas telefónicas, dijeron que utilizarían las nuevas declaraciones de esta semana para reforzar los casos existentes y, posiblemente, presentar nuevas demandas.
"La NSA recopila mucho", dijo Stewart Baker, antiguo abogado general de la NSA. "Hay algunos patrones de hecho donde no hay manera de atrapar a los terroristas sin agrupar esa información en algún lugar en el que el gobierno tenga acceso. Es probable que impongas restricciones no en la recopilación de datos pero sí en la búsqueda"..
Aunque a nivel global la tendencia es a la baja y a pesar del fuerte proceso de sustitución de importaciones, los precios de la tecnología en la Argentina (compudoras All in One, laptops, ultrabooks, smartphones y tabletas) son los más altos de toda la región, según concluye un estudio elaborado por Marco Marketing Consultans. Una PC All in One de última generación, por ejemplo, que en el país cuesta US$2.394, se la puede conseguir en Brasil por US$1.967, en Chile a US$1.661 y en México, por US$1.624.
Diferencias parecidas se observan en el resto de las categorías. Una notebook último modelo, en promedio, cuesta en el país US$1.731. Una versión equivalente en Brasil sale US$1.285; en Chile, US$1.376 y en México, US$1.492. Lo mismo ocurre con las tabletas y las ultrabooks, que en el país se cotizan a US$1.556 y US$1.583, respectivamente, valores mucho más elevados que en el resto de los mercados latinoamericanos. Las diferencias con los EE.UU. son aún más abultadas (ver infografía).
“Si sacamos a los Estados Unidos de las conclusiones, con el cual pareciera imposible de competir por sus niveles únicos de acceso al consumo de tecnología, se observa un claro liderazgo de Chile como el país más accesible de la región”, es una de las conclusiones de Marco. En la facilidad para acceder a esos productos, la Argentina también sacó un aplazo. Según Marco, que viene realizando este mismo relevamiento desde hace 15 años, “históricamente la Argentina se ubica como el país de la región con mayor brecha entre un salario promedio y el precio de un producto tecnológico con las características más avanzadas del mercado”.
Para arribar a esa conclusión, Marco registra el sueldo promedio de cada país en dólares y lo compara con los precios (también dolarizados) de la canasta tecnológica: así, para comprar una All in One en el país se necesitan 3,48 salarios; para una notebook, 2,52; para una tablet 2,26; para una ultrabook 2,30 y para un smartphone, 1,21. En todos los rubros, salvo en los smartphones, la Argentina se posiciona por encima de Brasil, Chile y México. Y mucho más todavía con respecto a los EE.UU.
De todas, la comparación con Brasil resulta reveladora ya que en ese país tiene en Manaos, en la Amazonia profunda, un régimen industrial similar al de Tierra del Fuego. En un contexto parecido, los consumidores brasileños obtienen los mismos productos, salvo los smartphones, mucho más baratos que los argentinos en su país, recalca el estudio de Marco.
El gran interrogante es la razón en la brecha de precios en productos que, en su mayoría, se arman en Tierra del Fuego bajo un régimen que beneficia a un puñado de fabricantes, entre los cuales se destacan NewSan, BGH, Philips, Radio Victoria y el grupo Mirgor. Pasar de importar a fabricar localmente, incluso con un costo fiscal estimado de $13.300 millones para este año (los fabricantes no pagan IVA, derechos a la importación ni Ganancias), no implica un beneficio directo para los consumidores. Para el analista Enrique Carrier, eso ocurre porque “la industria fueguina es poco competitiva”.
En el mercado coinciden en que la distancia de los centros de consumo y los costos laborales –mucho más elevados que en el continente– son factores que encarecen la producción. “El objetivo del régimen de Tierra del Fuego no es abaratar los precios sino desarrollar una industria con subsidios”, graficó Carrier. La economista Marina Dal Poggetto, del estudio Bein, coincidió con el diagnóstico: “El objetivo de favorecer un sector o una región es loable”, pero se pregunta si el modelo fueguino logrará ser sustentable, es decir, si “funcionará una vez que se quiten los estímulos o si esos estímulos continuarán en el tiempo”.
Al respecto, Maximiliano Castillo, de la consultora ACM, sostiene que lo que muestra el estudio de Marco es “de manual, por la falta de competencia”. Así y todo, Castillo no cuestiona la existencia de las promociones a la industria. “Lo que hay que discutir son los sectores a los que hay que proteger y por cuánto tiempo”, afirmó.
El Gobierno impulsó fuertemente la producción local de electrónica, sobre todo a partir de 2009, primero, elevando los impuestos a la importación y posteriormente, trabando directamente su ingreso al país. De aquel año a la fecha, la producción industrial y la generación de empleo se triplicó. La contracara es que el Estado deja de recaudar cada vez más para sostener ese régimen. A eso habría que sumarle lo que los economistas llaman el “costo social”, esto es, la carestía de los productos que se ofrecen en el mercado local.
“La industria electrónica se sostiene con niveles muy altos de subsidios y con lo que paga el consumidor”, resumió Mariano Lamotte, economista de la consultora abeceb. Ya se dijo que la distancia de la isla con los centros de consumo incide de manera decisiva, porque hay que llevar insumos y traerlos una vez ensamblados en un viaje de miles de kilómetros, entre idas y vueltas. “El principal valor agregado de la industria electrónica es la logística”, concluye Lamotte.
La encrucijada de la producción local no tiene fácil salida. Alejandro Mayoral, titular de la AFARTE, la cámara que representa a los fabricantes fueguinos, defiende a ultranza la producción nacional y dice que el precio final al consumidor es una variable poco fiable. “Un queso francés también podría resultar más barato que uno local ya que vienen con una tonelada de subsidios”, dijo, y agregó que algo parecido pasa con los electrónicos que provienen de China u otros países a precios subsidiados.
“En la Argentina se fabrica electrónica como se hace en todo el mundo, usando la misma tecnología, incluso superior”, remató.
Argentina logró el cuarto puesto en el Mundial de Robots
El equipo de la Universidad de La Punta (San Luis) finalizó, en la categoría en la que compitió, por delante de las delegaciones de Reino Unido, Alemania y EE.UU., entre otros, en el certamen Robocup 2013 que se realizó en Eindhoven, Holanda. La Nación
Máxima de Holanda, durante la apertura de la Robocup 2013 que se llevó a cabo en Eindhoven. Foto: Gentileza Robocup
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Uno de los equipos argentinos que participó en el Mundial de Robots que terminó este fin de semana en Eindhoven, Holanda, terminó en un meritorio cuarto puesto en la categoría en la que compitió, por delante de las delegaciones de países como Reino Unido, Portugal, Alemania y EE.UU. Bajo el nombre "Cuestión de Lógica", los integrantes que representaron a la Universidad de La Punta de San Luis mejoraron el quinto puesto que mantuvieron durante las primeras jornadas de la Robocup 2013.
"Este logro convocará seguramente en San Luis a más chicos para participar de la actividad. Ojalá que también sume en las demás provincias, en este proyecto de despertar vocaciones por las carreras vinculadas a la ciencia y la tecnología", dijo Gonzalo Zabala, uno de los integrantes del equipo que participó en el certamen que se llevó a cabo en Eindhoven, Holanda.
UN RESUMEN DE LA JORNADA DE LA ROBOCUP JUNIOR 2013
Fueron dos los equipos de la Universidad de La Punta que participaron en la categoría Rescate, en donde el robot debe sortear, de forma autónoma, diversos obstáculos en un escenario para rescatar y llevar a una zona segura a una víctima, representada por un objeto.
"Cuestión de Lógica" terminó en el cuarto puesto, detrás de los equipos North and South Federal de China, Stepy & Lock ON de Japón y J3MI_BOT de Portugal.
La delegación puntana también estuvo conformada con el equipo Fenix team (que finalizó en el puesto 23), ambos compuestos por integrantes de entre 14 y 18 años, y que participaron de la categoría Robocup Junior , que apunta a estudiantes de escuelas secundarias en tres tipos de desafíos: fútbol, danza y operaciones de rescate.
Samsung presentó una nueva tableta con Android y chip Intel; Asus, un equipo 3-en-1, con un Intel Core i7 Haswell, pantalla desmontable y la posibilidad de correr Windows y Android en simultáneo. La Nación
Hoy comenzó en Taiwán la feria tecnológica Computex, por lejos una de las más grandes del mundo. Como siempre, será una oportunidad para que las empresas muestren toda clase de dispositivos e invenciones; LA NACION está presente en la feria, así que tendremos más novedades.
Así, Samsung presentó la tableta Galaxy Tab 3, con Android 4.2.2 y chip Intel de doble núcleo, a 1,5 GHz la versión de 8 pulgadas, a 1,6 GHz la de 10,1 pulgadas. Ambas pantallas con resolución 1280 x 800, entre 16 y 32 GB de almacenamiento, y 1 GB de RAM (la versión de 10,1 pulgadas) o 1,5 GB la de 8 pulgadas, además de las funciones usuales en estos equipos (GPS, Wi-Fi, Bluetooth; 3G); ambos modelos tienen una carcasa de menos de 8 mm de grosor.
TRANSFORMER, PERO NO DEL ESPACIO
Mientras, Asus presentó lo que denomina el Transformer Book Trio, que según la compañía es un tres en uno: es una notebook con el nuevo chip de Intel (el Core de cuarta generación, conocido popularmente como Haswell, con un 10 por ciento en promedio de mayor rendimiento pero consumiendo menos energía) y una pantalla de 11,6 pulgadas de resolución Full HD.
Lo notable es que cuando la pantalla se desmonta del teclado (algo que ya han puesto en práctica múltiples fabricantes) cambia el Core i7 por un Atom Z2580 a 2 GHz, y se puede elegir entre seguir con Windows o saltar a Android 4.2. Tiene 750 GB de almacenamiento y más de 15 horas de autonomía, sumando la batería integrada a la pantalla y la que está en el teclado.
No es el primer equipo en combinar Windows con Android (Lenovo fue el primero en mostrar algo así hace dos años) pero sí el primero en que pone a estos dos sistemas operativos en pie de igualdad, y en usar solo procesadores Intel; es otra de las apuestas de Jonney Shih, el líder de Asus .
Argentine pioneer spies technical niche in semiconductors
By Jude Webber in Chascomús
Workers in white coats and protective shoe covers pad across the duck-egg blue floor of a gleaming new facility built on the site of a former textile factory.
The machines purr rather than roar and it feels more like a sterile hospital than an important part of a 21st century industrial revolution for Latin America.
But Eduardo Eurnekian, one of Argentina’s most successful businessmen whose Corporación América runs 49 airports in seven Latin American and European countries, has spied what he sees as a new niche: semiconductors.
He is planning to invest $1.2bn into an operation that will initially produce chips for smart cards, such as rechargeable travel passes, as well as for mobile phones, bank cards and passports. But in time, the plan is to span the whole production chain: from extraction of silica sand, to manufacture of the silicon wafers from which chips are cut, to production of the sophisticated microchips themselves.
None of the technology is itself new – indeed, the factory, located in Chascomús, 120km (75 miles) south of Buenos Aires, will produce transistors, the “building blocks” of chips, spaced between 350 to 90 nanometres apart. Chips that form the digital brain of the latest gadgets, such as the iPad, are built with transistors spaced just 40nm apart and therefore much more powerful. Industry leaders, such as Intel, are building chips with transistors spaced 22nm apart.
But the company, Unitec Blue, is billing itself as a Latin American semiconductor pioneer, capable of supplying chips competitively to the region that are suited to a broad range of industrial applications that do not require the most cutting-edge technology.
“We’re not reinventing the wheel here,” acknowledges Matías Gainza Eurnekian, Mr Eurnekian’s 27-year-old nephew and a former yachting world champion who is chief executive of Unitec Blue. For him, it’s not about producing more cheaply than Asia – something experts say would be impossible – but competing in things such as delivery time.
He currently buys silicon wafers from abroad that already contain some chips and further processes it. In a second phase, Unitec plans to take wafers and produce the integrated circuits themselves. “Many times, the design of the intellectual property is our own; other times it belongs to the clients and we produce under existing patents provided by them. We have a department of development for clients,” Mr Gainza Eurnekian said.
Companies in Argentina imported $980m-worth of chips in 2012 and that figure is expected to grow to $1.3bn this year, says Mr Gainza Eurnekian, adding that Brazil’s market is seven times larger. Meanwhile, the regional market from “south of Mexico down”, where Unitec hopes to compete, is worth $17bn, he says. “I can gain a lot in the logistics.”
Mr Gainza Eurnekian expects to supply chips to the producers in Brazil of finished products, such as a card with a chip inside, and is also eyeing contracts to supply passport chips to the US government.
Brazil has struggled for years to get a semiconductor industry up and running, but is also pitching hard to become a leading regional semiconductor producer. It already has a small-scale semiconductor manufacturer in Ceitec. Meanwhile, IBM and Brazilian billionaire Eike Batista’s EBX are also planning a joint-venture chip company
But Unitec is marketing itself aggressively as a pioneer and Mr Gainza Eurnekian says: “There’s no plant [in the region] that can compete.”
“I think there is room for a regional player because all of these foundries are not located in Latin America,” agreed Samuel Tuan Wang, research vice-president at Gartner, a technology consultancy. Most contract semiconductor manufacturers are found in Asia and the US, with the global industry dominated by Taiwan’s TSMC.
In Latin America, technology producer Intel owns a plant in Costa Rica, but it does not contract out its use to other chip companies.
Setting up Unitec Blue in Argentina, was not, however, without hurdles: Argentine import restrictions held up the delivery of the necessary machinery from Germany.
But import controls imposed by a protectionist-minded government seeking to spur local manufacturing could give Argentina a leg-up in developing microchip design and “deepening Argentina’s technological possibilities”, said Pedro Julián, an expert on the industry and professor at Argentina’s Universidad Nacional del Sur, who is working on a microchip design project and says a Unitec foundry could be “very complementary”.
“They’re moving into a segment in which we could use regional scale,” he added.
The venture, due for its official inauguration by Cristina Fernández, Agentina’s president, on June 4, is entirely funded by Corporación América’s own capital. “Now’s the time to invest in Argentina,” says Mr Eurnekian. “Assets are cheap.”
Argentina is blighted by inflation running at an estimated 24 per cent a year and foreign currency controls that have spooked other investors, including Brazil’s Vale, prompting it to dump a $6bn potash project.
But for Mr Eurnekian, the equation was simple. “I try to investigate niches where there is potential,” he says.
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Antes era mecánica, ahora es programación. En un comedor comunitario de Banfield un grupo de jóvenes les enseñan a otros herramientas para trabajar en la industria informática. Conexión Brando
Por Sebastián Bonaudo
Mariano Stampella puede responder a la pregunta sobre su ocupación diciendo que es ingeniero en Sistemas, docente en la Facultad de Ingeniería de la UBA, bajista frustrado a punto de casarse y CEO de FDV Solutions, una empresa argentina que desarrolla software. Pero también puede decir que fue tortuga ninja, guerrero de la Edad Media y hasta animal salvaje de circo. De eso se disfrazaba en 2004, mientras cursaba el último tramo de su carrera, cuando pasaba los sábados en el comedor Contra Viento y Marea de Villa Centenario, en Banfield. Era el truco que encontró con sus amigos para mantener atentos a los niños del taller que daban.
El final de cada jornada era una escena repetida con tipos de veintipico enmascarados, gritando y a los empujones, arengados por un salón lleno de chicos de menos de diez años y revueltos en el absurdo. Buscando mejorar esa contención, nació el proyecto Nahual, pensado para capacitar programadores, diseñadores, testers o cualquier otra tarea vinculada al software. Se busca mejorar la inserción en el mercado laboral, en una industria que demanda cada vez más mano de obra.
Según el observatorio de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos, nuestro país necesitará un mínimo de siete mil nuevos profesionales por año en el sector. El dato, de 2011, es optimista en cuanto a las posibilidades que genera, pero alarmante desde la oferta que el sistema educativo produce actualmente, cubriendo menos de 3.500 puestos de trabajo. De ahí surgen proyectos como Nahual, reconocido el año anterior por la Fundación Sadosky (abocada a revertir la falta de profesionales en las carreras relacionadas con las Tecnologías de la Información y la Comunicación) como uno de los programas más efectivos del sector.
"El comedor ofrecía clases de Word y Excel a los alumnos del colegio de adultos. Nosotros decidimos aprovechar las computadoras los sábados para enseñarles a programar a los chicos. Eso era lo que realmente sabíamos hacer. Al principio programamos jueguitos, los típicos de patear penales. Después, armamos un programa para los que estaban finalizando el secundario, o lo habían terminado pero no habían podido seguir estudiando en la Universidad",explica Mariano sobre los tiempos prehistóricos de Nahual y de cómo el comedor al que asisten más de cien chicos por día se fue convirtiendo en un espacio de potenciales trabajadores de software.
"Al principio fueron clases con mucha teoría, y encima los sábados por la mañana. Eran un plomazo. Por suerte, los pibes soportaron nuestros comienzos, que, pedagógicamente, no tienen nada que ver con lo que hacemos ahora", explica Fernando Chafer Waisman, otro de los profesores nahualeros.
Hexacta, una empresa de consultoría y desarrollo de software que tiene un programa de responsabilidad empresaria, se interesó en el proyecto. "Cuando nos preguntaron qué necesitábamos -cuenta Mariano-, dijimos la verdad: no queríamos computadoras, sino laburo para los pibes. Lo único que pedimos fue tiempo: una entrevista laboral". Lo consiguieron, y tres chicos capacitados en Nahual obtuvieron su entrevista.
Uno de ellos fue Ariel Luna, que trabajaba en un supermercado mayorista de Burzaco, en el turno noche. Amanecía los sábados en Nahual, tratando de concentrarse en la clase. "Del supermercado -recuerda- me despidieron un 31 de diciembre, y a mediados de enero empecé la capacitación laboral en Hexacta. Enseguida me inscribí en la UTN para la Tecnicatura en Programación". Hoy es uno de los profesores de Nahual. "Trabajar distendido y de algo que te entusiasma es inspirador", explica.
Esa motivación por compartir y contar la experiencia llevó a los primeros trabajadores que surgieron del proyecto a enlazar la cadena del software solidario. Por esa vía arribó Gabriel Escobar (24), amigo de Ariel y que hasta hace dos años deambulaba por diferentes trabajos, como repositor y cajero de un supermercado Día, como asistente de stock en una fábrica de jeans en Flores y en un outlet barrial de Lomas de Zamora, dividiendo sus jornadas con las horas que cursaba Administración de Empresas en la UBA, siempre y cuando el trabajo se lo permitiera:"Hoy el software es sinónimo de futuro, y la primera decisión que tomé cuando vi que esto era en serio fue anotarme en la UTN", señala Gabriel.
Estos dos jóvenes trabajan en el área de Sistemas y Control de Calidad de Software del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, siguiendo la efectividad de aplicaciones que harán más ágil la visita de usuarios/ciudadanos para realizar reclamos vía web. Este es el tipo de tareas que motivan a Gabriel a crecer en una industria en expansión. "Cuando hago una tarea que le facilita a una persona hacer un reclamo, siento que en cualquier área del software se pueden hacer cosas nuevas. Y sé que poder compartirlo con pibes que están algo desorientados, o sin trabajo, es cambiar el mundo, mejorarlo", asegura.
Demand, supply and intermediaries: unhelpful labels
Demand, supply and the market
We know that the separation between the demand and supply of research is artificial: Ideas emerge and are used in complex systems in which players interact with each other and often perform several roles at once.
The labels, demand and supply, come from the metaphor of the marketplace of ideas which was introduced to the world of policymaking and think tanks in the 1970s in the United States. Back then, words that had been used in business and marketing broke into the world of public policy and never left. But recently, many research funders and several researchers and practitioners in the field of ‘bridging research and policy’ have adopted the metaphor, only this time in a literal manner.
K* jargon
This is a mistake. One thing is to say that there is something like a marketplace of ideas in which ideas are exchanged and another is to attempt to structure the research-policy space like a market. This is just not the case.
We also know that the policy process involves complex relationships between people, organisations and institutions that are sustained by different degrees and types of communication between parties.
In other words, everyone is an intermediary to someone else. But this intermediation is different from what the proponents of the concepts of knowledge brokering, knowledge intermediation, etc (what has been called K*) argue for. This type of intermediation responds to Robert Hoppe’s concept of boundary workers (or the broader concept of boundary organisations). Boundary workers:
Unlike the intermediary that sits ‘in-between’ two or more separate players or communities, a boundary worker (or an organisation homo mediaticus) must abide by and is accountable to the rules of the communities it seeks to bring together. In other words, and in the particular cases that this blog deals with, a boundary worker would part of both the research and the policymaking communities. And its success as a boundary worker is greatly dependent on its ability to:
Be an active and respected member of the various communities that it seeks to bring together; and
Add value to that interaction by undertaking research, analysis, and/or reflection, and/or the application of ideas into practical actions.
It is not therefore just a matter of being a specialist in intermediation -whatever that means. An effective boundary worker is competent in the trades of the communities it brings together and adds value to the interaction by its own interventions. And it is by combining both memberships that it things comes together. Think tanks can be seen as boundary workers between academia and policymaking (and the media, political parties, corporations, NGOs, etc. depending on the focus and scope of their work). But research centres in universities and policy analysis units in ministries could just as well play that role between a number of other actors. The media, too, can present this quality.
We ought to be more nuanced in the way that we try to study and understand the research and policy communities, and their overlaps, across developing countries and in each case in particular. Making broad generalisations is unhelpful; as is relying on labels. And a shame, too: the apparent messiness of the system and attempting to make sense of it is much more interesting.
BRANDS are basically a promise. They tell consumers what quality to expect from a product and show off its personality. Firms invest a lot on the image of their brands to foster sales and loyalty. But measuring their value is hard. Millward Brown, a market-research company, is one of several that takes a stab at it. It has just published its annual ranking of the world's "most powerful" brands based on consumers' perceptions and the performance of the companies that own them.
The top 100 are collectively worth $2.6 trillion, the firm reckons. Apple remains the world's most valuable brand, worth $185 billion, at the head of a trio of technology companies. None has increased much in value, however, since 2012 perhaps because they have been refining their products rather than being startlingly innovative. Microsoft, which tried to be startling by launching a radical new operating system, has seen its brand value fall. Apple's big rival, Samsung, jumped 25 places, partly by out-innovating Apple and partly by boosting its advertising expenditure by $1.6 billion.
Visa was one of the main brand sponsors for the 2012 Olympic games in London. But many of the big gainers profited from growth in emerging markets. That helps explain the jump in the value of beer brands like Brazil's Brahma, which is worth 61% more than last year. Tencent, an internet services portal, benefited from being innovative and Chinese. As sales slowed in Europe, Zara, a high-street fashion retailer launched online shopping for customers in China.
Luxury goods companies groom their brands even more carefully than most. Gucci, whose brand value increased by almost 50%, has invested in technology to support its online and mobile presence. The biggest riser this year, though, is Prada, whose brand value surged 63% as it boosted sales in both old markets and new. But even in Western Europe its most avid customers were Asian tourists.